El motel 'Cinco y medio’ se convertirá en un laboratorio

A inicios de los años 60, el kilómetro cinco y medio de la Carretera Central se había convertido en el refugio de los amantes que buscaban la clandestinidad, escondiéndose de las miradas censuradoras. Un discreto motel era cómplice de esos encendidos encuentros. Son muchas las generaciones que, si no lo han visitado, al menos han conocido sobre su existencia pues el ‘kilómetro del amor’ hizo historia.

Hace cinco meses, este célebre local, en Ate, cerró sus puertas sin mucha publicidad. El motivo: sus terrenos fueron vendidos a la Corporación Medifarma. Es así como el ‘imperio del amor’ de don Manuel Novella Trabaco –el dueño– ha llegado a su fin.

SE CIERRA UNA ÉPOCA. Para el sociólogo Pedro Ccopa Antay, autor de Eros Liberado –un trabajo sobre los hostales en Lima–, con el cierre del ‘Cinco y medio’ se termina una era de la sexualidad limeña.

“Como todo centro de placer, estaba estigmatizado, por lo que se ubicaba en las afueras de la ciudad”, refiere Ccopa.

Inicialmente, relata el sociólogo, solo podía ser visitado por personas con posibilidades económicas, pues para llegar hasta el lugar se necesita un auto. Nadie te observaba. Con el coche ingresabas directamente a unos chalets y subías a la habitación. “Era épocas donde las vergüenzas y las censuras en relación con el sexo eran mayores que ahora”, explica.

Con el paso de los años, este motel se transformó en el centro de labores favorito del meretricio. En los años 90 se inicia un proceso de individualización y la sexualidad se hace más libre, y se da el boom de los hostales en las esquinas más concurridas de la ciudad. Así lo señala el experto.

“El ocaso del ‘Cinco y medio comienza en esos años porque su función de clandestinidad y de la aventura acabó con las épocas modernas”, asegura Ccopa.

CIERRE. Perú.21 visitó el viejo motel, ubicado en la calle Santa Cecilia 201-203, y comprobó que ya han comenzado los trabajos de demolición. Desde el exterior aún se observan algunos chalets de dos pisos que servían para las citas amorosas. En la parte posterior, sin embargo, se ha destruido parte de la infraestructura.

Así lo manifestaron trabajadores de la nueva empresa que ha adquirido los terrenos.