En la playa de Copacabana (Brasil) unas esculturas de arena de mujeres con prominentes glúteos atraen a turistas y curiosos. Su creador, Ubiratan dos Santos, de 63 años, se dedica a hacerlas desde hace 23 años.
Sin embargo, una asociación pretende prohibirlas alegando que alientan el turismo sexual en Río de Janeiro, sede de los Juegos Olímpicos de 2016.
“He creado a mujeres de todo tipo. Hoy en bikini, mañana de falda. Pretender prohibirlas es una falta de respeto a mi trabajo”, relata, mientras acaricia suavemente las nalgas generosas de una de sus creaciones, que acaba de rociar con agua de mar para redondearla un poco más.
Dos Santos contó que un empleado de la alcaldía vino a pedirle esta semana que abandonara este trabajo, porque algunos habitantes del vecindario lo consideran una incitación a la prostitución.
“Es solo arena, no creo que haga apología de la prostitución o del vicio”. dijo Jassim Al-Alawadhi, analista financiero de 26 años, que está de vacaciones en Río.
Pero el alcalde adjunto, Bruno Ramos, señaló a la agencia AFP que “no es una buena imagen para la ciudad” y, de hecho, contactó el servicio jurídico de la municipalidad para saber si es legal prohibir las esculturas.
Horacio Magalhaes, un abogado de 48 que preside la asociación de Amigos de Copacabana, dice haber recibido muchas quejas sobre las mujeres de arena en este barrio de 180.000 habitantes.
“Hay esta connotación sexual que se le envía a los turistas, para que vengan a Rio no a admirar los bellos paisajes, disfrutar las playas o conocer nuestra cultura y nuestro patrimonio histórico, sino a explorar la región glútea de nuestras mujeres”, dice el abogado.
¿Y tú, crees que estas esculturas de arena realmente inciten el turismo sexual?
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