Por Renzo Salazar
Las celebraciones navideñas duran 120 horas en Antabamba, provincia del departamento de Apurímac.
A 3200 metros sobre el nivel del mar, hombres, mujeres y niños rezan, bailan, beben, se pelean a puño limpio y contemplan con alegría el nacimiento del maíz, casi un culto, una bendición para esta tierra.
La Huaylia Antabambina busca ser reconocida Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Cada uno de los cinco días se vive distinto.
El 23 de diciembre es el Tiarichi, una bienvenida con comidas y bebidas que ofrecen los mayordomos a todos los participantes de esta festividad.
El 24 de diciembre le rinden honores al Niño Apaycuy, para ellos el niño Jesús.
Y el 25 de diciembre es el gran día central, donde rudos hombres antabambinos celebran con licor de caña, coca, frutas, entre otros.
Para el 26 de diciembre, ya todos viven la llamada Junta Pasac. ( culto al maíz).
Llega el 27 de diciembre. Llega el Takanakuy, un espectáculo de puño limpio.
La Huaylia es una de las celebraciones más importantes en esta zona del país. Es una mezcla de tradición ancestral andina y de a cultura impuesta por los españoles desde su conquista e intento por dominar la ciudad. Pasan los años, pero en este punto del Perú profundo, la tradición no muere.
La fiesta parece interminable Los mayordomos, con sus mejores galas, las mujeres con su entusiasmo y con sus sonrisas, y los niños con la ilusión, no esconden su orgullo. Por eso, invitan a muchos a pasar por el pueblo y compartir la fiesta.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.