Ahora que ya conocemos el rostro de la Señora de Cao, nos preguntamos sobre la relevancia de la dama del valle de Chicama y cómo se logró obtener la imagen de la mujer que gobernó hace más de 1,700 años y es considerada una de las mujeres más poderosas del Perú prehispánico.
Arabel Fernández, jefa de Laboratorio del Complejo Arqueológico El Brujo, donde fue hallada la Señora de Cao en el 2005, subraya que desde su descubrimiento se rompió con el paradigma de que el hombre era el único que podía dirigir o gobernar una sociedad.
“Con ella ya tenemos otra perspectiva de cómo se desarrollaron las culturas pre hispánicas, lo que ha abierto nuevas líneas de investigación en sociedades como las Mochica*”, señaló a *Perú21 y enfatizó que esto nos permite revalorar el papel de la mujer actualmente.
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Para postular que la Señora de Cao fue una lideresa, se tuvo en cuenta el lugar donde fue enterrada: la Huaca Cao Viejo, un templo Mochica.
También es un referente el ajuar funerario, que estaba conformado por ornamentos metálicos hechos en cobre, plata, oro y piedras semipreciosas. De igual modo, se toman en cuenta los elementos de poder como la corona, la diadema, los cetros, las narigueras, los collares y aretes que siempre se asocian a personajes relevantes e importantes de la sociedad Mochica.
Además, junto a ella fue enterrada una joven que fue sacrificada, y solamente a los personajes importantes se les ofrendaba un sacrificio humano.
“La sociedad Mochica es la cultura prehispánica donde se desarrolló más la mujer. La Señora de Cao cumplió un rol complementario al papel del hombre. Ambos ejercieron liderazgo. Esa es otra de las enseñanzas que nos deja: que no solo un género puede ejercer liderazgo”, expresa Fernández.
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Retratos de Ascope
Para conocer su rostro y obtener la réplica de su figura han participado, desde diciembre del año pasado, ingenieros, forenses, antropólogos y arqueólogos, entre otros especialistas.
Fue un trabajo en el que se aplicó tecnología 3D láser de alta precisión, que permitió captar detalles del cráneo. Detalles que permiten a los antropólogos forenses hacer la reconstrucción a través de una escultura digital que se hace con programas especiales.
Una vez que ya se tiene el rostro, se añaden rasgos referidos a la boca, nariz, ojos, etc., que todo tenga relación de acuerdo con las proporciones. Para ello se recurrió a un trabajo de documentación con fotografías de las mujeres de la zona: Magdalena de Cao, Nazareno, en la provincia de Ascope, La Libertad, que conservan las características muy propias de la mujer norteña. Incluso, se investigó qué tan originarios eran los apellidos de las mujeres fotografiadas.
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También se consultaron los archivos de Enrique Brüning, quien tomó fotos hacia fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. Igualmente, se revisaron los trabajos de Rafael Larco Hoyle, quien también hizo fotografías. Ambos arqueólogos hallaron muchas similitudes entre las mujeres del norte y los huacos retratos que los ceramistas Moche nos dejaron.
Primero fue el hallazgo, ahora conocemos su rostro y el siguiente paso será investigar y descubrir la ideología, lo político, religioso, social y económico. Arabel Fernández asegura que este momento histórico abre nuevos horizontes para estudiar una sociedad compleja como la moche.
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Este es el verdadero rostro de la Señora de Cao, mujer prehispánica https://t.co/ukkefV1VPd pic.twitter.com/ywsw9cSbRx
— Diario Perú21 (@peru21noticias) 4 de julio de 2017
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