El sol arde, y en Agua Dulce, en Chorrillos, arde mucho más. Pero seguro que esa es una exageración, como todo lo que ocurre en esta concurrida playa de Lima que recibe a ‘playeros’ de la ciudad entera. No importan las distancias: viajas de San Juan de Lurigancho a Chorrillos. Del Callao a Chorrillos. O desde Comas. O quizás desde Miraflores y Barranco. También están los del propio barrio.
A esta playa llegan todos, con mascota y con niños; con comida preparada en casa o con pollito a la brasa.
Agua Dulce es literalmente un mar de gente, pero hay sitio para todos y para todo: sillas de colores, sombrillas, piscinas inflables, y esos que delicadamente llamamos ‘amigos de lo ajeno’ y que no son otra cosa que ladrones al paso, por lo que salvavidas y vendedores de comida recomiendan disfrutar del sol y cuidar las cositas que uno lleva, desde el celular ‘para el selfie’ hasta la toallita de Star Wars. Bueno, en Agua Dulce pasan cosas, y no es para alarmarse. Hay que estar alertas, como en el Sur, donde también roban. Lima es insegura, incluso cuando estás bajo el sol, cuando la temperatura supera los 30 grados y lo que buscas es un buen bronceado.
Agua Dulce es como un collage de Lima, como un selfie con filtro, como una larga cola que te permite mirar los más variados rostros y las más diversas actitudes. Agua Dulce siempre descubre un mundo aparte, y este recorrido gráfico es un ejemplo.
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.