La imagen de Jesucristo que derrama lágrimas, ubicada en la puerta principal del hospital Belén de Trujillo, ha originado una conmoción entre decenas de pacientes, personal médico y visitantes de ese nosocomio.
Sin embargo, los recientes sucesos políticos y económicos que han puesto contra las cuerdas al Gobierno levantan suspicacias sobre el momento en que aparece esta noticia. No faltará quien advierta que este caso no es más que un psicosocial para que la opinión pública se distraiga en otra cosa.
Los nexos de Martín Belaunde Lossio con la pareja presidencial, Ollanta Humala y Nadine Heredia, las influencias y lobbies que habría tenido el prófugo empresario en la bancada oficialista en el Congreso, la custodia irregular a la casa del ex operador montesinista Óscar López Meneses, el aporte de los mineros ilegales para la campaña del Partido Nacionalista, el caso Ecoteva que salpica a Alejandro Toledo, principal socio político del régimen, constituyen más de un dolor de cabeza para el Gobierno, que estaría apelando a cualquier maniobra para que el público los ignore.
ANTECEDENTES
Esta situación es similar a la ocurrida en la década del 90 durante el gobierno del ex presidente Alberto Fujimori. Ante las denuncias de sonados casos de corrupción, el entonces asesor de Inteligencia Vladimiro Montesinos, con la asistencia del psiquiatra Segisfredo Luza, maquinó los primeros sicosociales con el propósito de distraer la atención del público.
Así, de manera repentina apareció en el Callao la virgen que lloraba sangre, luego los mata-taxistas y después ‘el monstruo de los cerros’ (un presunto violador del cual nunca se tuvo noticias), todos con el propósito de desviar la atención.
Se dieron otros casos en régimenes posteriores, como la aparición de ovnis en el cielo limeño, el ataque de ‘pishtacos’ que supuestamente comercializaban la grasa humana, o de aquella que proponía al Perú como la sede de las Olimpiadas, etc.
ANÁLISIS
Para Fernando Rospigliosi, esta nueva aparición no es más que otra cortina de humo del Gobierno para tapar los escándalos por corrupción.
“La más célebre fue la virgen que lloraba en los años 90, fue la más espectacular de aquella época, suscitó un enorme revuelo, mucha gente iba a verla. Fue inventada por Segisfredo Luza, que trabajaba en ese momento para el Servicio de Inteligencia (SIN) para Vladimiro Montesinos. Ahora no tienen mucha imaginación para las cortinas de humo, hemos visto varias en los últimos días, esta es una más”, afirmó en diálogo con Perú21.
¿Cree que hay algún aprendiz de Montesinos en Palacio?, le preguntamos a Rospigliosi. “El primero es Ollanta Humala, que estuvo involucrado en el ‘Locumbazo’ el día que huía Montesinos. Este es un gobierno que tiene como maestro a Montesinos, son imitadores de mala calidad, pero son imitadores”, respondió.
“Estamos ante un gobierno muy deteriorado, muy débil. Ha tenido que renunciar la ministra de Salud porque estaba a punto de ser censurada, la situación económica se deteriora, la corrupción salpica directamente a Palacio de Gobierno con el caso de Martín Belaunde; entonces, hay muchas cosas que afectan al gobierno. Ellos están tratando de distraer la atención de mil maneras y esta es una de ellas”, agregó.
“Esto es copiado de los 90, no tienen originalidad, no tienen imaginación, pero en fin, hay cierto tipo de gente que se entusiasma con este tipo de cosas”, remarcó.
Insistimos si el tema de la no reelección de los congresistas, propuesta del oficialista Teófilo Gamarra, podría considerarse una cortina de humo.
“Sí, claro, es una repuesta a Manuel Burga y, por supuesto, que no lo van a hacer, es una mentira grosera, no lo van a hacer de ninguna manera, pero con ello buscan congraciarse con el público y distraer la atención por un momento”, anotó.
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