1. La extraña costumbre de que luchadores de sumo hagan llorar a bebés viene de hace 400 años, y es una tradición japonesa que se practica en santuarios de todo el país.
2. Quienes practican este ritual están convencidos de que trae buena salud para los niños. Por ello, numerosos padres orgullosos contemplan llorar a sus hijos.
3. Los luchadores de sumo no siempre la tienen fácil. Algunos bebés se demoran más en llorar que otros, por lo que tienen que esforzarse por asustarlos.
4. Más de cien niños, entre seis y dieciocho meses, compitieron en Tokio el pasado domingo 21 de septiembre. Es un ritual bastante común en Japón en esta época del año.
5. Las reglas de esta insólita competencia varían según la región. En algunos lugares, gana el bebé que llora primero, mientras que en otros, el que se demora más en llorar.
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