La tormenta Stella generó viento gélido, nieve y granizo al noreste de Estados Unidos. Las escuelas cerraron y miles de vuelos fueron cancelados.
No obstante, el fenómeno será menos poderoso de lo previsto.
Nueva York (8,4 millones de habitantes) amaneció como una ciudad fantasma a apenas una semana de la primavera, con la visibilidad seriamente reducida y las calles blancas, semidesiertas, y pese a ello el Servicio Nacional Meteorológico (SNM) degradó la alerta de tormenta para gran parte de la ciudad a una “advertencia de clima invernal”, de acuerdo con lo que informó AFP.
La nevada será de 15 a 20 cm., y no como se anticipaba la víspera, de 30 a 60 cm., con ráfagas de viento de hasta 90 km/h, se precisó.
Los aeropuertos de Nueva York JFK, Newark y La Guardia están casi paralizados, con cerca del 75% de sus vuelos anulados, según el sitio de rastreo de atrasos y cancelaciones FlightAware.
De otro lado, el metro está funcionando por ahora, igual que los buses. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, refirió a CNN que podrían dejar de funcionar más tarde, y pidió a los ciudadanos quedarse en sus casas y evitar los peligros que puede causar el hielo.
El SNM predijo que la tormenta en Nueva York ya no será la más grande del año porque ha avanzado a lo largo de la costa y está captando aire del agua.
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