Al menos 40 personas murieron y 181 resultaron heridas en dos atentados suicidas en Beirut, los más sangrientos de los últimos años en el Líbano, informaron fuentes sanitarias a la agencia DPA.
“Creemos que la cifra de muertos aumentará debido a la gravedad de las heridas”, dijo el ministro de Salud, Wael Ab Faour.
Las explosiones ocurrieron en el barrio de Burj el Barajneh, en el sur de la capital del Líbano, donde es fuerte la milicia chiita Hezbolá.
El Estado Islámico (EI) se atribuyó este jueves la responsabilidad del doble atentado en un mensaje divulgado en Internet.
“Los soldados del califato lograron colocar una motocicleta con explosivos cerca de una mezquita en una calle (…) en los suburbios del sur de Beirut (…) (alcanzando) una reunión de chiitas heréticos donde uno de nuestros mártires heroicos se inmoló, matando a 40 personas e hiriendo a otras 200”, dijo el Estado Islámico.
Según la agencia oficial libanesa NNA, las detonaciones ocurrieron en un intervalo de cinco minutos y a sólo 150 metros de distancia.
De acuerdo con la emisora televisiva LBC, en total cuatro atacantes suicidas estaban en la zona, pero uno huyó y el otro fue asesinado antes de poder detonar su carga explosiva.
Hombres de seguridad de Hezbolá y tropas libanesas despejaron el lugar y pidieron a la gente que abandonara la zona por temor a más explosiones.
El primer ministro del Líbano, Tammam Salam, declaró el viernes día de luto. Importantes políticos llamaron a los libaneses a la unidad.
En los últimos dos años ocurrieron ataques similares en la ciudad. Líbano se ha visto también afectado por la guerra civil de la vecina Siria.
Hezbolá apoya al régimen del presidente Bashar al Assad, mientras los sunitas libaneses apoyan a los rebeldes opositores. Los rebeldes sirios han amenazado con bombardear áreas de Hezbolá por su apoyo a Al Assad.
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