Las playas de Río de Janeiro, la segunda ciudad de Brasil, se abarrotaron esta semana de turistas y brasileños, incluso durante la noche, animados por el intenso calor y las inusuales aguas calmas y cristalinas del Atlántico.
Los temperaturas superaron los 30 grados y las famosas playas de Ipanema y Copabana se convirtieron en el punto de encuentro de un éxodo masivo de bañistas.
El turismo de Río de Janeiro vive una de sus semanas de esplendor debido a la celebración del Año Nuevo, uno de los más famosos del mundo, que la noche del miércoles reunió a más de 2 millones de personas en Copacabana.
La Secretaría de Turismo de Río de Janeiro espera una cifra récord de 3,5 millones de turistas visiten la capital carioca entre diciembre y marzo de este año, cuando se cumplen 450 años de la fundación de la ciudad.
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