Alta, rubia, de sonrisa permanente y elegancia innata, Mireia Lalaguna ha hecho historia al convertirse este sábado en China en la primera española que se corona Miss Mundo, aunque ella lo tiene claro: ha ganado por su personalidad, no por su físico.
“Estoy muy contenta, pero la gente que me ha valorado ha sabido encontrar quién es Mireia realmente, estaban buscando una belleza interior, no solo exterior”, destacó la joven catalana en una entrevista dada a la agencia EFE, apenas una hora después de coronarse como Miss Mundo.
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Adornada con la corona azul de brillantes y con un vestido del mismo color, que parecía escogido a juego por si acaso, la Miss España admite, en todo caso, aún cierta incredulidad: “No me esperaba llegar al top cinco”, asegura la joven de 22 años, estudiante de Farmacia que el año pasado ya fue Miss Atlántico.
Mireia Lalaguna no duda a la hora de dedicar su premio a sus abuelos, “que no han podido venir a China porque está muy lejos”, aunque se acordó también de todos sus amigos, ya que a muchos va a tener que dejar de verlos en estos 12 meses de reinado, que pasará viajando por el mundo y colaborando en actos benéficos.
“Espero tener un año brillante”, asegura la Miss España, quien señaló que el trabajo de una Miss Mundo, el más comprometido de los concursos de belleza, “no es una tarea fácil, pero creo que lo voy a disfrutar muchísimo, porque me encanta viajar”.
“Creo que es todo un orgullo para mi país”, afirma, y recuerda que España estuvo cerca de conseguirlo en Miss Mundo 2013, cuando la entonces representante española, Elena Ibarbia, fue cuarta.
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