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"Me preocupa que baje más la calidad del cine"

“Los distribuidores prefieren las comedias, las películas más ligeras. Las cintas de autor, que se exhiben aquí en el Festival de Cine de Lima, son las que quedan de lado”.

(Percy Ramírez)
(Percy Ramírez)

¿Quién no recuerda aquellos clásicos del cine peruano como Gregorio y Juliana? Su director, Alejandro Legaspi fue quien llevó la realidad de los 80 a la pantalla grande con el grupo Chaski. Casi 30 años después, vuelve con otro largometraje, La última noticia, para mostrar los inicios del terrorismo en el Perú. La cinta compite en el Festival de Cine de Lima.

¿Después de cuánto tiempo vuelve al cine con un largometraje? Todos lo recuerdan por sus cintas Gregorio y Juliana.
Ha sido una larga pausa con Chaski con la ficción, porque hemos estado haciendo documentales. La última noticia fue pensada poco tiempo después de Juliana, y la primera idea fue hacer una cinta del conflicto armado que se vivía en ese momento. Pero nos dio la sensación de que no era el momento para hacer algo así. Lo dejamos pasar e hicimos documentales.

A pesar de que La última noticia aborda el terrorismo, no es su tema central.
No. Las películas de Chaski son pequeñas historias que se desarrollan en un contexto grande o importante. En Gregorio, el contexto fue la migración; en Juliana fueron los niños de la calle. En este caso, el contexto son las primeras incursiones de Sendero Luminoso en un pequeño pueblo de la sierra.

¿Cuál es el mensaje de la cinta?
Hay muchos mensajes cuando uno hace una película, en este caso es un poco contar la historia de lo que nos ha sucedido en esa época.

Quizá mostrar a la nueva generación lo que sucedió…
Me impresionó mucho cuando hace unos años empezaron a mostrar fotos de Abimael Guzmán y la gente no sabía quién era. Los jóvenes no saben qué fue el terrorismo. Creo que es importante empezar a contar esto. Esta es una historia de personajes que cambian sus vidas.

¿Por qué eligió a su hijo como uno de los protagonistas?
Uno siempre tiene muchas ganas de trabajar con su hijo. Una de las cosas importantes de un actor con un director es conocerse, saber las virtudes y defectos, y yo conozco a Julián como actor y persona.

*¿Gregorio y Juliana son el máximo referente del cine peruano?*
No. Creo que fueron dos películas que pegaron en su momento. En el caso de Gregorio, él era un chico migrante que venía del campo cuando la migración era muy fuerte y por eso muchos se identificaron.

¿Cómo ha visto la evolución del cine peruano en estos años?
Es un momento muy interesante y este festival de cine lo está demostrando. Han creado una sección ‘Hecho en Perú’ porque la cantidad de cintas que se presentaron es muchísima y no podían ir todas a la sección oficial. Es un momento en que se está produciendo mucho. Pero no todo es color de rosa…

Claro, dicen que hay muchas películas, pero menos calidad…
No diría menos calidad. El problema es que hay muchas cintas que no se están exhibiendo o que se exhiben muy poco tiempo y eso tiene que ver con la distribución, la exhibición. Los distribuidores prefieren comedias, cintas ligeras. Las películas de autor, que son las del festival, se quedan de lado. El cine todavía necesita solucionar ese problema porque en el fondo uno hace películas para que las vea la gente.

¿No cree que el tema de fondo es que al espectador peruano le gustan más las historias fáciles?
Puede ser, pero también tiene que ver con lo que se exhibe. Hay que ir educando al espectador a ver otro tipo de cintas. Pero en todo el mundo las películas de comedia o ligeras tienen más éxito. Y los medios le dan mucha importancia a quién actúa, lo que vende más.

A veces la gente ve una cinta por morbo o por los personajes, como pasó con Al filo de la ley.
Así es, y las empresas saben eso y también apoyan ese tipo de películas con dinero y auspicios, y a otras películas no. Por un lado al público le gustan las cintas ligeras y también existen factores como el tema mediático y los escándalos.

¿Pero eso no tiene que ver con la producción que usa personajes con jale, así no actúen bien?
Hay que ver la mentalidad del que hace la película. Si tu idea es hacer dinero y no te importa mucho la calidad o si tu interés como cineasta es hacer una buena película. En La última noticia no me fijé si los actores eran mediáticos, los busqué por los personajes y por cómo actúan. Me interesa contar una historia. No sacrificaría la película y la actuación por un tema mediático.

Precisamente, Al filo de la ley, donde actuó su hijo Julián, recibió muchas críticas.
Pudo haber sido una película atractiva, hicieron un tráiler fantástico y la vendieron muy bien. Supongo que para cierto público puede haber sido una película atractiva.

¿Pero no tiene la calidad que a usted le hubiera gustado?
No es el tipo de película que yo haría, por lo menos no la haría así. A mí me gustan las cintas de acción y de aventura, pero hay formas de hacerlas y esa no sería la mía.

Pancho Lombardi dijo que los comediantes de TV hacen películas precarias y que teme que el público se acostumbre a eso.
Estoy de acuerdo. A mí me preocupa que se empiecen a hacer solo este tipo de películas. Eso de ver qué es lo que vende y qué es lo que le gusta a la gente es una frase muy peligrosa. Al público le pueden gustar cosas malas, entonces, ya no se hace otra cosa y la gente se queda en un círculo vicioso. Me parece bien que se hagan; pero no puede ser lo único, que el cine vaya bajando cada vez más la calidad, y eso ha pasado en la televisión.

¿El resurgimiento del cine nacional es por ¡Asu mare!?
Sí, creo que ha sido un fenómeno. Hasta ahora las películas más vistas como La ciudad y los perros, Gregorio y otras más rodeaban 700 mil u 800 mil espectadores, pero 3 millones de espectadores es una cifra excepcional y es bueno. El peligro es que solo se hagan esas películas. A mí no me parece que haya tenido un mal nivel ¡Asu mare!, pero cumplió con su objetivo y está bien porque la gente se ha divertido. Pero uno dice: ‘Uy, cuidado’ y después viene esta otra y esta otra y hasta dónde vamos a bajar (la calidad).

AUTOFICHA

■ Soy uruguayo y vine al Perú porque en los años setenta Uruguay pasabao una etapa muy desagradable, había una dictadura militar. Aquí me ofrecieron un trabajo. Empecé a querer este país, lo empecé a hacer mío.

■ El grupo Chaski lo inicia Stefan Kaspar, un suizo. Su idea era hacer un grupo de cine. Se entrevistó conmigo, con Fernando Espinoza, María Barea y Fernando Barreto.

■ Julián, mi hijo mayor, es actor. Mi hija Soledad vive en Uruguay y trabaja en televisión. Mi otro hijo, Sebastián, de 28 años,
fue asistente de sonido en La última noticia, y Camila, de 25, fue mi asistente de dirección.

Por Zoraida Peña (zpena@peru21.com)


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