En el sureste de China vive una pareja de granjeros conformado por padre e hijo que han creado sus propias versiones de los populares Transformers con poco menos que chatarra y piezas recicladas de automóviles.
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Todo empezó con la decisión de Yu Zhilin, este granjero con alma de artista, quien creó a su primer modelo de Transformers a partir de piezas de repuesto de automóviles durante su tiempo libre.
Su primera escultura reciclada la terminó en tres años con la ayuda de su hijo Lu Yingyun. Ellos se muestran muy orgullosos de sus creaciones de Optimus Prime y Bumblebee, las mismas que se exhiben en diversos centros comerciales de china.
Con la venta de estas enormes esculturas robóticas han ganado en un año alrededor de un millón de yuanes, lo que equivale a más de 160 mil dólares.
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