Los primeros 42 refugiados sirios de un total de 114 que serán acogidos por Uruguay llegaron el jueves al país sudamericano en el marco de un plan conjunto con Naciones Unidas, que procura colaborar con un conflicto que desplazó a 3 millones de personas.
Tras un viaje de 30 horas desde Líbano, los integrantes de las cinco familias fueron recibidos por el presidente José Mujica y posteriormente trasladados al hogar católico donde vivirán durante dos meses. Allí un centenar de vecinos los recibió con aplausos y carteles de bienvenida.
“Se sienten inmensamente agradecidos al Uruguay, no tiene proporción el agradecimiento que tienen. Sienten que han salido de un infierno”, dijo a periodistas el presidente uruguayo José Mujica.
Está previsto que todos aprendan idioma español y se integren a la sociedad uruguaya, que tiene una cultura occidental laica pero no una religión oficial. Las 42 personas son musulmanes suníes, y el 60% de ellos son niños.
“Van a poder expresar su religión pero no vamos a construir una mezquita”, dijo en conferencia de prensa el director de Derechos Humanos, Javier Miranda, quien instrumentó el traslado y comandará el plan de reasentamiento de dos años, que tendrá un costo de US$2 millones.
En febrero arribarán otras siete familias, conformadas por 72 personas. El objetivo es que cumplan un primer período de adaptación para luego ser trasladados a sus nuevos hogares en zonas semi urbanas del interior del país.
En Uruguay viven unos 250 refugiados, principalmente colombianos y personas del continente africano que arribaron al país solos o con sus familias escapando de conflictos armados o situaciones precarias de vida.
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