La ceremonia para conmemorar el decimotercer aniversario de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 arrancó hoy en el Memorial del 11-S, en Nueva York, con el himno de Estados Unidos.
Inmediatamente después, coincidiendo con el momento exacto en que tuvo lugar el impacto del primer avión secuestrado por los terroristas contra la Torre Norte del World Trade Center, se guardó un primer minuto de silencio a las 8:46 a.m. (12:46 GMT).
Acto seguido comenzó la lectura de los nombres de las 2,983 víctimas de los cuatro atentados perpetrados ese día —dos contra las Torres Gemelas, otro contra el Pentágono y otro en Pensilvania—, así como en el atentado contra el WTC de 1993.
Por primera vez, el Museo Nacional 11 de Septiembre —que incluye estremecedores objetos e imágenes gráficas de los atentados— estará abierto para el aniversario. Las vallas en torno a la plaza de recuerdo se han quitado, integrando el reverenciado lugar con las calles de Manhattan y abriéndolo al público.
Hay un nuevo alcalde en el cargo, Bill de Blasio, mucho menos vinculado a los ataques y sus consecuencias que sus predecesores. Y por fin, el casi terminado One World Trade Center se eleva a 541 metros sobre la zona cero y estará lleno de empleados de oficinas para esta fecha en 2015, otro indicio de que la ciudad podría estar pasando una página de su historia.
Para algunos de los que perdieron seres queridos en los ataques, la creciente sensación de que la zona vuelve a la normalidad amenaza con ensombrecer la tragedia que se produjo allí, e interferir con su pena.
“En lugar de un lugar tranquilo de reflexión, es un sitio donde corren niños”, dijo Nancy Nee, cuyo hermano bombero, George Cain, murió en los ataques. “Algunas personas olvidan que esto es un cementerio. Yo nunca iría al museo del Holocausto y me haría una foto”.
Para otros, los cambios son una parte importante del proceso de curación. “La primera vez que vi (el One World Trade Center), de verdad alegró mi corazón”, dijo Debra Burlingame, quien perdió a su hermano Charles, piloto del avión que se estrelló contra el Pentágono. “Quiero verlo rebosante (…) quiero ver más casas ahí abajo, quiero verlo vivo y lleno de negocios”, agregó.
OTRAS CEREMONIAS
De manera simultánea a la ceremonia de Nueva York, el presidente estadounidense y la primera dama, Barack y Michelle Obama, junto al vicepresidente, Joe Biden, y empleados de la Casa Blanca guardaron un minuto de silencio en los jardines de la mansión presidencial.
La breve pero emotiva ceremonia se realizó con todas las banderas de la ciudad de Washington a media asta en recuerdo de las más de 3,000 víctimas de los atentados de hace 13 años en Nueva York, Washington y Shanksville (Pensilvania).
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