El Consejo de Seguridad de Holanda, que lidera la investigación internacional sobre las causas del accidente del avión de Malaysia Airlines en Ucrania —ocurrido el 17 de julio de 2014— concluyó que la aeronave con 298 personas a bordo fue derribada por un misil Buk de fabricación rusa.
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“La investigación ha demostrado que el vuelo MH17 se estrelló a causa de un proyectil 9N314M detonado en el exterior del avión, en la parte izquierda de la cabina de mando. Este proyectil es del tipo que se instala en los misiles Buk, de fabricación rusa”, anunció Tjibbe Joustra —presidente del consejo— en conferencia de prensa.
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El misil fue disparado desde un área de 320 kilómetros cuadrados en la parte este de Ucrania —según los ejercicios de simulación llevados a cabo— pero esta investigación no ha podido concretar con exactitud desde dónde, para lo que se necesitarán más análisis.
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El análisis del Consejo de Seguridad de Holanda se limita a señalar las causas que provocaron la caída del avión de Malaysia Airlines, pero no entra en cuestiones de “culpabilidad” o “responsabilidad” de los hechos, aspectos de los que se ocupa la investigación penal que se desarrolla en paralelo y cuya conclusión se espera para finales de año o principios de 2016.
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El informe, terminado después de 15 meses, también analizó por qué el avión de Malaysia Airlines sobrevoló áreas en conflicto y concluye que las autoridades ucranianas tenían “suficiente razones” para haber decretado el cierre del espacio aéreo sobre la parte este de su país, pero no lo hicieron.
“Los riesgos que corría la aviación civil no fueron identificados adecuadamente ni por Ucrania, ni por los operadores civiles, ni por otros países, ni tampoco por las organizaciones internacionales. “Nadie pensó en una posible amenaza”, sostuvo Joustra.
En cuanto a las pruebas en las que los investigadores apoyan sus conclusiones, Joustra indicó que tuvieron mucho peso los restos del avión de Malaysia Airlines recuperados en los que el impacto del misil era “claramente visible”.
Explicó también que la investigación ha permitido descartar escenarios alternativos como la posibilidad de que el avión de Malaysia Airlines tuviese cualquier defecto técnico, que una bomba explotase en su interior, o que se estrellase a causa de un ataque aire-aire.
Un total de siete países —Holanda, Ucrania, Malasia, Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Rusia— participaron en esta investigación, y según Joustra, todos respaldaron que el accidente se debió a la detonación de un misil en la proximidad del avión de Malaysia Airlines.
Sin embargo, no todos estuvieron de acuerdo en la identificación del tipo de misil. “Rusia afirmó que no es posible determinar de qué tipo de misil se trata con certeza”, precisó.
El consorcio ruso de defensa antiaérea Almaz-Antei, fabricante de los misiles Buk, contradijo las conclusiones de la investigación en Holanda, al discrepar sobre el tipo de misil y asegurar que fue lanzado desde una localidad controlada por las fuerzas ucranianas.
Ucrania, por su parte, acusó a los servicios secretos rusos de planear el derribo del avión de Malaysia Airlines, y aseguró que el ataque se perpetró desde territorio controlado exclusivamente por los guerrilleros rusos.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, pidió por su parte “paciencia” porque aunque la investigación arroja luz sobre lo ocurrido, no sirve de “prueba legal” para determinar quiénes fueron los responsables. Al mismo tiempo que pidió a Rusia que respete el informe y que coopere plenamente con la investigación penal que aún está por concluir.
Con información de EFE.
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