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BMW cumple 100 años: Conoce la historia de la empresa de automóviles de alta gama [Fotos]

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Durante el régimen nazi, la marca utilizó a miles prisioneros de guerra y detenidos de los campos de concentración en sus fábricas. Su capítulo oscuro permaneció silenciado hasta 1980.

El fabricante más conocido de automóviles de alta gama, BMW, cumple este lunes 100 años, marcados por la historia de Alemania y una sorprendente trayectoria que empezó con la fabricación de motores de aviones.

La empresa que se convirtió en una de las enseñas de la industria alemana nació el 7 de marzo de 1916, durante la Primera Guerra Mundial, como “Fábrica Bávara de Aviones” (Bayerische Flugzeugwerke).


Poco después, tras la derrota de Alemania, el tratado de Versailles de 1919 prohíbe al país que fabrique aviones, por lo que la empresa debe reinventarse.

En 1922 es refundada con el nombre de Bayerische Motoren Werke (Fábrica Bávara de Motores), y adopta el logo azul y blanco con forma de hélice, un emblema que combina los colores del estado alemán del cual es originaria y sus primeros pasos en el sector de la aviación.

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“Aquello por lo que se conoce más a BMW hoy en día, los coches, es lo que llegó en último lugar a su cartera de actividades”, cuenta a la AFP Manfred Grunert, historiador de la empresa.

Actualmente la empresa fabrica los coches de alta gama y las motos de esta marca, los lujosos Rolls-Royce, los elegantes Mini, y cuenta con 30 fábricas en 14 países, emplea a cerca de 116.000 asalariados y en 2014 tuvo un volumen de negocios de 80.000 millones de euros.


PRISIONEROS DE GUERRA
Tras haber lanzado su primer modelo de moto en 1923, BMW se lanzó en la fabricación de coches en 1928 con la compra de una fábrica en Eisenach, en el centro de Alemania.

En la década de 1930 crea la berlina 326 y el biplaza descapotable 328 y desarrolla su propio estilo, con la calandra que se convirtió en distintivo de la marca.

Durante el régimen nazi, la marca contribuyó a la industria armamentística y volvió a sus orígenes fabricando motores para aviones.


A partir de 1939 la empresa utiliza a miles de prisioneros de guerra y de detenidos de los campos de concentración en sus fábricas, un capítulo oscuro que permaneció silenciados hasta la década de 1980.

Cuando termina la guerra, la empresa ya no es ni la sombra de lo que fue y sobrevive fabricando electrodomésticos. La producción de motos se reanuda en 1948, y la de coches en 1952, pero el éxito no llega tan rápido.

En 1959, los graves problemas financieros que arrastró durante toda la década llevaron a la empresa a estar al borde de ser absorbida por su rival, Daimler-Benz, pero un grupo de accionistas se rebela.

Uno de ellos, Herbert Quandt, hijo de un industrial muy conocido, salva a la marca con una masiva inyección de capital.

“Sin su compromiso, hoy BMW sería una fábrica de Daimler”, estimó Grunert. La familia Quandt sigue siendo hoy uno de los mayores accionistas de BMW con una participación del 47%.


Sin embargo, el apellido Quandt también está marcado por el periodo nazi, ya que el padre de Herbert, Günther Quandt, estuvo casado con la que se convertiría en la esposa de Joseph Goebbels y aprovechó el espolio a comerciantes judíos para hacer negocios.

En la década de 1960, BMW encadena varios éxitos con modelos berlina y lanza el lema “El placer de conducir”. Su presidente entre 1970 y 1993, Eberhard von Kuenheim, es quien da el paso hacia la internacionalización.

En la década de 2000, la marca incursiona más allá de las berlinas y prueba con los 4x4 citadinos y algunos modelos compactos y después se convierte en precursor de la industria alemana de los coches eléctricos, con el modelo BMWi3, un auto 100% eléctrico.


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