El tenista serbio Novak Djokovic, actual número uno del mundo, se convirtió desde este miércoles en nuevo embajador de buena voluntad de Unicef, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, sumándose así a otros deportistas y artistas famosos con el mismo cargo.
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Novak Djokovic, de 28 años, que creció en un país envuelto en conflictos bélicos en la década de 1990, ha trabajado desde 2011 en la vulnerabilidad de la temprana niñez y sus comunidades a través de su puesto de embajador serbio de Unicef, y de su propia fundación.
“Estoy honrado de convertirme en embajador de buena voluntad de Unicef y continuar ayudando a proteger y apoyar los derechos de los niños y proveer acceso a cuidado y desarrollo para la temprana infancia a cada niña y cada niño”, afirmó Djokovic, presente en el acto en Manhattan en la sede de la agencia de la ONU.
“Desafortunadamente en Serbia tenemos muy bajo porcentaje de niños que van a instituciones preescolares o siguen programas preescolares. Unicef ha inspirado a mi fundación a fijar la misión de trabajar en el desarrollo de la temprana infancia”, explicó el tenista.
Oriundo de Belgrado y nacido en 1987, Novak Djokovic pasó los primeros doce años de su vida en Serbia y ha dicho en reiteradas ocasiones que el tenis fue una “bendición” durante su infancia.
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“Estar en la situación en la que tenía que depender de mi familia(…) y estar en las circunstancias de Serbia en aquellos tiempos, atravesando la guerra y crisis económicas, me hizo aún más fuerte de personalidad y carácter, y me hizo apreciar más los valores de la vida”, recordó Djokovic este miércoles.
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