Alemania vio confirmado su estatuto de equipo con mayor regularidad al más alto nivel del siglo XXI tras ganar por 1-0 a Argentina el domingo la Copa del Mundo 2014, gracias a su constancia, tenacidad y coherencia.
El seleccionador Joachim Löw no dejó nada al azar, todo estaba bajo control y con los mecanismos necesarios para hacer frente a cualquier cambio imprevisto. Los teutones culminaron su desafío en Brasil 2014 con la cuarta estrella mundial.
Tras la renovación en el equipo que le llevó a la final de la Eurocopa 2008 y a las semifinales del Mundial 2010, caer de nuevo en semifinales en la Eurocopa 2012 ante Italia, con un doblete de Mario Balotelli (2-1), provocó algunas críticas contra el técnico.
Pero la Federación Alemana (DFB) le dio toda la confianza y la paciencia tuvo unos inmejorables frutos dos años después.
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