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Señor de Los Milagros: Joel Huauya, el joven de la fe inquebrantable

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Su mamá es sahumadora, él es cargador del cristo moreno. Él nació en octubre y su madre volvió a la vida en el mismo mes.

Al pie de la iglesia Las Nazarenas, en medio del bullicio de los vendedores de turrones y de imágenes religiosas y la presencia de fieles, Joel Huauya se confiesa.

Sin proponérselo, sigue los pasos de su madre. Ella es sahumadora y él miembro de la Cuadrilla 16 Emergencia del Señor de los Milagros. Ella es técnica de enfermería de Essalud y él será médico. Ella estuvo en riesgo de perder la vida un 6 de octubre de 2012, él nació el mismo día hace 29 años. Octubre es para Joel el mes de los milagros.

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CUESTIÓN DE FE
Huauya llega a nuestra entrevista con más de 48 horas sin dormir. Durante dos noches y dos madrugadas seguidas fue parte del grupo que cargó la imagen del Señor de los Milagros por las calles del Cercado de Lima. Luego de ambas jornadas, debía estar temprano en el hospital Sabogal del Callao, donde hace sus prácticas, y luego ir a estudiar a la universidad. Por fin llegaba el día en que podía descansar, pero antes nos dio la entrevista.

Mide 1.83 metros, de los más altos de la cuadrilla. Tiene voz amable, hablar pausado; es reflexivo, algo tímido. Uno puede sentir la energía de una buena persona. Sin embargo, es muy delgado, tanto que la ropa le baila. Podríamos imaginar que le cuesta mucho cargar el anda, pero la fuerza de su fe en el Cristo Moreno mueve montañas.

Joel ingresó a la cuadrilla hace cuatro años. Poco a poco fue siendo parte del grupo. Problemas con amistades, carencias económicas, traiciones y baja autoestima lo fueron conduciendo a la devoción por el Señor de los Milagros. Hoy asegura que lleva una vida ordenada y está próximo a acabar su carrera profesional.

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EL PESO DE LA FE
Para ir familiarizándose con el peso del anda, los entrenaban cargando costales llenos de papa seca. La imagen del Señor de los Milagros pesa más que eso. “Cargar es todo un arte. No es poner el hombro y levantar por levantar, tienes que saber qué posición tomar, qué ángulo agarrar, estar atento con los que están adelante y detrás de ti para levantar al mismo tiempo. Se busca que el carguillo (acto de cargar la imagen) salga bien”, nos explica Huauya.

Participan 32 personas cargando el anda, entre esquineros, que dirigen el rumbo; templadores, que van al medio y llevan más peso, y auxiliares, quienes ayudan a soportar el peso en las vueltas o los quiebres de la imagen sagrada y van al costado. Joel es auxiliar.

Existen 20 cuadrillas, cada cual tiene un nombre. La cuadrilla se divide en cinco sectores y a cada una le toca cargar entre 8 y 10 minutos.

EN OCTUBRE HAY MILAGROS
María Paredes Ríos es la madre de Joel, quien nació al día siguiente de una salida del Cristo Morado, a la que María asistió en pleno proceso de gestación. Fue un embarazo complicado, pero que no pasó a mayores.

Hace tres años, ella sufrió un desmayo. Le detectaron dos aneurismas en el cerebro en una zona dificultosa, que requería una operación complicada. Le programaron la operación para un 5 de octubre, un día antes del santo de Joel. El médico les dijo que la intervención era delicada y que solo quedaba encomendarse a Dios. Al día siguiente recién se supieron los resultados.

“Ese día sentí que todo se acababa, porque ella podía salir de la operación en estado de coma. El 6 salía el Señor de los Milagros y yo fui a cargar porque era la promesa que le hice a mi madre. Recién al día siguiente, el 7, mi papá me llamó y la que me habló fue mi madre. Había despertado”, nos dice Huauya mientras hace una pausa y trata de continuar entre lágrimas.

Joel es imagen y semejanza de María. Y nos deja claro un mensaje: “Hay gente que ingresa a la hermandad por el solo hecho de portar el hábito y mostrarse, pero no debe ser así”. Joel tiene vocación por ayudar, por servir, tanto en su vida profesional como espiritual. Al margen de la religión, lo que importa es la fe, la tenacidad, la perseverancia y ser mejores personas. Y Joel cumple todo eso.


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