30.ABR Martes, 2024
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Opinión

Alfonso Baella Herrera,Uso de la palabra
Comunicador

El ‘incidente’ de la violación del correo electrónico del expresidente del Consejo de Ministros René Cornejo y la divulgación de 6,482 e-mails privados por parte del grupo Anonymous Perú y LulzSecPerú constituyen un ataque muy grave a la seguridad nacional.

El hecho, más allá que constituye un delito estipulado por el Código Penal y por la Ley de Delitos Informáticos y que es un acto repudiable que todos debemos rechazar, revela lo mal que estamos en informática, la inobservancia de patrones mínimos de seguridad y la vulnerabilidad que tiene la información en las más altas esferas del poder, pero, sobre todo, el poco cuidado entre quienes, se supone, son funcionarios de primer orden.

Pone también, en el ojo de la tormenta, a quienes, por un lado, deben proveer esa seguridad –la Oficina Nacional de Gobierno Electrónico e Informática (ONGEI)– y a quienes deberían controlar la eficiencia y eficacia de los recursos estatales destinados a ello –la Contraloría General de la República. Fue la ONGEI la que anunció en junio pasado que el gobierno “invertiría” este año US$ 4,000 millones de dólares en tecnología (bit.ly/1uvRC9o ).

Pero Cornejo ha revelado algo realmente insólito. Usaba su correo Gmail porque era el único que tenía habilitado en la PCM con la sincronización de sus calendarios y citas. Lo mismo hacían, y seguramente hacen, los otros ministros de Estado. ¿Son conscientes del peligro que esto podría traer? ¿Eso hace Urresti, nuestro ministro del Interior, o Cateriano, nuestro ministro de Defensa? ¿Así nos cuidan y nos protegen?

Es asombroso que gastemos cientos y miles de millones de millones en satélites, aviones y patrulleros, pero que no podamos asegurar que información de tanta importancia no termine en las manos de narcoterroristas o mafias y que, por tamaña incompetencia, se facilite o promueva un mercado negro de información, extorsión y chantaje. ¿Cuánto tiempo esperaremos hasta ver los primeros e-mails de Nadine y de Ollanta? ¿Quién nos garantiza que la información del Gobierno del Perú está segura?

Hay que promover una cultura de seguridad que empieza por cosas bien sencillas: interactuar con personas conocidas, conectarse en zonas seguras, cambiar las claves de las computadoras, tablets y celulares de forma permanente, usar sistemas seguros, no abrir archivos sospechosos, pero, sobre todo, ser responsables y conscientes de la información que se tiene entre manos y del rol público que se desempeña.


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