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"Soy un niño, nunca he dejado de serlo"

“No veo televisión, por eso no sé cómo son Esto es guerra o combate. Mi tiempo lo divido entre mi escuela de teatro, la lectura, mis obras y, ahora, el gimnasio”, nos dice Ricky Tosso, protagonista de El círculo de arena.

Foto: César Fajardo.
Foto: César Fajardo.

Ricky Tosso,Actor
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com

El círculo de arena es una buena obra de teatro familiar –escrita por Els Vandell– que tiene a Ricky Tosso como protagonista. Cuenta la historia de dos madres –una biológica y otra de crianza– que se disputan a un niño. Tosso, en su papel de salomónico juez, deberá determinar con quién se queda el muchacho. Véala todos los sábados y domingos, a las 4 p.m., en el Teatro La Plaza ISIL (Larcomar, Miraflores). Entradas: Teleticket.

El círculo de arena es una obra con mensaje pero no cae en lo discursivo…
Es verdad. Los chicos se ríen, se divierten y, sobre todo, entienden. La obra está bien escrita, muy bien montada y, repito, es divertida. Que sea divertida no significa que sea ligera: es muy profunda, su historia no es fácil.

Y tú tienes una conexión especial con los niños…
Así es. Yo soy un hombre serio y hasta aburrido, mi catarsis se da en el escenario. Mi conexión con los niños es de toda la vida. Empecé a trabajar a los cuatro años, con mi papá. Después hice programas infantiles como El club de Ricky, El agente fantástico, etcétera. Es más, mucho del público me sigue desde niño.

Siento que no ves a estas tareas como trabajo…
Porque soy un niño grande, porque nunca he dejado de ser niño. Y esto no refleja inmadurez, al contrario. Yo agrandé la frase del Quijote y digo: “De niños poetas y locos todos tenemos un poco” (risas). Las personas nunca dejamos de jugar, y menos el actor, quien tiene que divertirse, tiene que sentir, tiene que gozar… así lo que ponga en escena sea un drama, de lo contrario el público nunca se conectará.

Tienes más de 40 años de carrera, toda una vida…
Como te dije en una charla anterior, si no hubiera sido actor habría sido actriz (risas). Nunca tuve otra opción: nací actor y moriré siendo actor; de alguna manera u otra yo siempre voy a estar en el escenario, ya sea en la televisión o en un teatro.

Tú sí has sido de conjugar el teatro con la televisión…
Son mis dos pasiones. ¡Qué suerte he tenido de hacer lo que más me gusta y que, encima, me paguen! Que no se enteren mis empleadores (risas). Mi conexión con el teatro es de toda la vida: mis juguetes eran el telón, las luces (risas), yo jugaba en los sets de teatro y de TV porque mis padres eran actores, por eso, aunque haya estudiado Arquitectura, no pensé ni loco en una carrera universitaria como medio de vida.

¿Te sientes parte de este boom teatral?
Mucho se habla de un boom teatral, pero este también existió en los 60, en los 70, en los 80, pero el terrorismo mató todo. Y parte de ese antiguo boom fue mi papá, Ricardo Tosso, gran actor.

¿Hoy hacemos un teatro más profesional?
En los 80, Oswaldo Cattone ya hacía superproducciones: El hombre de la mancha, Annie, cosas fabulosas con escenarios fastuosos. Oswaldo es el rey del espectáculo… y eso también era un boom teatral. Y no hay que olvidar la labor de Pepe Vilar. Y yo tuve obras como La jaula de las locas, que estuvo 18 meses en cartelera, o La tía de Carlos, que estuvo 14 meses en escena.

¿Tú has vivido o sobrevivido del teatro?
He vivido, y bien, tranquilo. También tuve un café concert, más la televisión…

Tienes un lado empresarial…
Hace 25 años estoy metido en ello, y lo hice porque me gusta tener el control de lo que hago y hacer el teatro que más me gusta, y mal no me fue.

¿Hay que ser valiente para hacer teatro?
Más que valentía, hay que tener ganas. El que quiere hacerlo, lo hace como sea y contra quien sea. Además, yo no espero que me llamen, yo voy. Tengo un lado creativo que va más rápido que mi cuerpo (ríe). Por ejemplo, escribo mucho, y siempre tengo muchos pendientes, tres o cuatro proyectos –teatrales y televisivos– por hacer.

¿Extrañas la tele?
Se extraña pero, por ahora, no quiero hacerla. Además, está pasando por un momento especial: mucho reality, poca ficción. Pero la gente y los actores debemos entender que la tele es un negocio, es una fábrica, lo que le funcione, hará. Yo les deseo que les vaya bien, porque lo bueno es que todos ganemos. Ahora, también es innegable que los programas de ficción hacen más rating que los reality: miremos los casos de Al fondo hay sitio y Mi amor el wachimám. Sin embargo, como actor, igual tengo que decir que la cosa debería ir más pareja.

Siento que eres un hombre ocupado…
Primero, leo mucho, de Condorito a Shakespeare (risas). Todo lo que viene a mis manos lo leo. Y también tengo mi escuela de teatro: se llama Espacio Alterno. Formamos actores, la carrera dura dos años y nuestra particularidad es que vamos un poco al revés, como mi carrera: para llegar al drama primero pasamos por la comedia. Cuando tú aprendes a hacer reír te resulta mucho más fácil hacer llorar; vamos de lo más difícil a lo menos complicado.

AUTOFICHA

- Tengo 53 años, 43 de carrera artística, aunque a los cuatro años ya hacía un programa para niños junto con mi papá, Ricardo, quien fue actor ,un gran actor.

- Tengo una gran relación con los jóvenes, al punto que, por ejemplo, los estudiantes de mi escuela de teatro me dicen “papá”.

- El teatro es uno: hablar de teatro cultural y teatro comercial no tiene sentido. He tenido grandes éxitos como La jaula de las locas y El último peruano virgen.


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