02.MAY Jueves, 2024
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Opinión

Han aparecido, en los Estados Unidos –dónde sino–, iglesias cristianas que, para atraer nuevos feligreses, les ofrecen cursos de uso y porte de armas de fuego. Duran 10 horas y, aparentemente, el irritable Jehová está encantado con una iniciativa tan saludable.

Guillermo Giacosa,Opina.21
ggiacosa@peru21.com

Sospecho que este mismo dios la ha estimulado para deshacerse de esta creación llamada seres humanos, que resulta tan dañina para el resto de las especies vivas y para el resto de la naturaleza.

Oscuros son los designios del Señor, pero por lo menos nos da algunas pistas. Al final del curso, el creyente recibe un documento que le permite entrar armado al templo y pasearse por su pueblo con el arma en la cintura. Un poema de amor al prójimo.

Para el predicador Jeff Copley, de la aldea de Marengo, en Ohio, es un tema que combina defensa y espiritualidad. “Jesús dice a sus discípulos que vendan su manto y compren una espada”. Instruyó a su pueblo para que se aliste a defenderse a sí mismo. “Es difícil de encontrar a alguien dentro de nuestra congregación que no dispare de alguna forma”, dijo.

Por su parte, el reverendo Ryan Bennett, de la Iglesia Bautista de Lexington, Carolina del Norte, desarrolló el primer curso de enseñanza de uso y porte de armas. Desde entonces no ha parado. “Queremos atraer más gente, y vamos a intentar todo lo que esté a nuestro alcance”, para luego advertir que no apoya la violencia y confiesa que todo el tiempo tiene una pistola de 9 mm al mismo alcance que la Biblia. En Texas, donde todos pueden llevar un arma, las clases preocupan a quienes protegen a los inmigrantes, pues una iglesia cercana a la frontera ya está en pleno entrenamiento.


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