En una calle principal del barrio obrero de Sham Shui Po, en Hong Kong, un espacioso restaurante de 2 pisos de McDonald’s está abierto las 24 horas. Pero al caer la noche, se convierte en una albergue temporal para las personas más pobres de la ciudad, muchos de ellos ancianos. Les llaman ‘Los McRefugiados’.
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Aunque multitudes similares se pueden encontrar en los McDonald’s de toda Asia –especialmente en Japón y China continental– el problema es particularmente agudo en Hong Kong por efecto del envejecimiento de la población, los precios inmobiliarios inasequibles y los sueldos estancados.
Según la cadena BBC, el líder ‘no oficial’ del grupo es Ah Chan, de 54 años, un elocuente exoficial de la Policía de Hong Kong. Dice que alquila una habitación pequeña cerca, pero que prefiere pasar la mayor parte de sus tardes en McDonald’s, donde puede pasar horas charlando con sus amigos, que son en su mayoría vagabundos.
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En una declaración posterior, McDonald’s dijo que “le ofrece la bienvenida a todo tipo de personas para que visiten sus restaurantes en cualquier momento”.
Agregó que buscaba equilibrar su servicio para ser “más complaciente y atento” con las personas que se alojan allí durante la noche, con garantizar una buena experiencia para todos sus clientes.
Hong Kong es uno de los lugares más desiguales del mundo en términos de distribución de la riqueza. Aproximadamente 1 de cada 5 de los 7 millones de habitantes del país viven en la pobreza, según cifras del gobierno.
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