Unas 45,000 personas cruzaron por Macedonia en los últimos dos meses, donde abordan trenes atestados y siguen hacia el norte por Serbia y Hungría, ansiosos de llegar a los países más prósperos de la Unión Europea como Alemania, Holanda o Suecia.
Los refugiados, en su mayoría sirios, se hallaban desde el jueves en un terreno entre el pueblo griego de Idomeni y la ciudad macedonia de Gevgelija, y entraron en Macedonia tras forzar un cordón policial.
En la estación de Gevgelija los refugiados han establecido un campamento improvisado con varias tiendas de campaña y la ropa tendida alrededor, aunque los hay que tienen que dormir a la intemperie. Productos de primer necesidad, como el agua o el café, alcanzan precios desorbitados.
El caos se desató cuando la Policía decidió permitir que un pequeño grupo de migrantes con niños pequeños cruzaran la frontera, pero una multitud atrás de ellos hizo presión hacia la pared policial. Miles de personas, incluidas mujeres con bebés y hombres cargando niños pequeños, aprovecharon para correr a través de un campo no protegido por alambre de cuchillas para entrar en Macedonia.
Los uniformados utilizaron granadas aturdidoras para impedirlo, resultando varios inmigrantes heridos, según informó la AFP. Un día antes el gobierno macedonió declaró Estado de Emergencia para contener la marejada humana de migrantes que buscan cruzar Macedonia.
No hubo reportes inmediatos de la cantidad y el alcance de las lesiones. Muchos niños también se extraviaron en el caos. Varios cientos de migrantes, en su mayoría ancianos y niños, permanecieron en el lado griego de la frontera cuando la Policía restauró el orden.
Grecia y Macedonia han recibido una ola sin precedente de migrantes este año, en su mayoría de quienes huyen de la guerra en Siria, Afganistán e Irak, pero también de Pakistán, Bangladesh o Somalia. Casi todos quieren llegar hasta Alemania, aunque Suecia está también entre sus opciones.
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