La euforia en Colombia por la coronación de Paulina Vega como Miss Universo, a pesar del escándalo provocado hace dos semanas por el concurso de belleza infantil Miss Tanguita, evidencia el fuerte arraigo de estos certámenes en el país.
El triunfo, motivo de conversación y festejo en toda Colombia este lunes, hizo estallar de júbilo a Barranquilla, la ciudad natal de Paulina Vega: allí los bailes abundaron a ritmo de acordeón, las banderas y las camisetas de la selección nacional de fútbol inundaron las calles, y en plena algarabía, extasiados ciudadanos le dedicaron canciones espontáneas a la espigada estudiante de Administración de Empresas de 22 años.
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“Era un sueño que anhelaba con todo el corazón mi país”, dijo Paulina Vega, la segunda colombiana en obtener el título después de Luz Marina Zuluaga, en 1958.
“Mi país ama, respeta y apoya a las reinas”, agregó la emocionada joven en Miami al finalizar el certamen Miss Universo correspondiente a 2014, postergado con miras a una “mayor audiencia televisiva”, según los organizadores.
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La noticia, celebrada en las redes sociales y aplaudida hasta por el presidente Juan Manuel Santos, muestra el peso cultural de estos concursos en Colombia.
Celebradas en el país cafetero desde la década de 1930, estas competiciones despiertan una pasión comparable a los grandes eventos deportivos.
Según la socióloga y especialista en semiótica Paloma Bahamón, esto se explica, por un lado, porque la sociedad colombiana es patriarcal y juzga a las mujeres por su aspecto físico. Y por otro, porque los reinados de belleza han contribuido al proceso de construcción de nación, generando referentes de identidad y de orgullo.
“Los reinados se volvieron una tradición y han sido una manera de insertarnos en el mundo”, dijo Bahamón a la AFP.
Colombia, cuarta economía de Latinoamérica pero con altos índices de desigualdad, elige cada año su representante en Miss Universo, o en los reinados internacionales del Café, el Mango y el Banano, entre otros.
Desde la escuela más remota hasta la comunidad homosexual tiene su concurso: entre lentejuelas, mucho maquillaje y desfile en trajes de baño, Medellín escogió a medidados de enero a la nueva Miss Colombia Gay 2015.
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