El actor estadounidense Mickey Rourke, sex symbol en los 80, regresó con victoria al boxeo a sus 62 años, después de haber colgado los guantes durante dos décadas.
Vestido con un ‘short’ rojo el actor —visiblemente en forma—, golpeó con fuerza y de manera insistente a su rival, Elliot Seymour, un boxeador profesional estadounidense, 43 años mas joven.
El combate llevado a cabo en Moscú estaba previsto para cinco ‘rounds’ de 2 minutos y medio cada uno. Sin embargo duró apenas 4 minutos, el tiempo necesario para que Seymour, de 29 años, renunciara ante la lluvia de ataques de Rourke.
“Estoy muy contento por poder volver a subir al ring. Gracias a Dios por darme esta posibilidad”, había declarado a la AFP Mickey Rourke, en la víspera de la pelea.
Con un sombrero blanco de cowboy, que se ha convertido en una seña de identidad, el ahora boxeador sexagenario, siempre con una sonrisa, había recibido la ovación del público cuando dejó ver su torso tatuado en la tradicional ceremonia de pesaje antes de la pelea.
Pese a que el inicio de los entrenamientos con su ‘coach’ Jordan Feramisco, —tras 18 años de pausa—, fueron “terribles”, el actor no ha perdido la pasión que renació en él tras un combate entre el boxeador ruso Ruslan Provodnikov y el estadounidense Timothy Bradley.
“Vi a Ruslan pelear contra Bradley y me hizo pensar que yo también podía pelear de nuevo”, recuerda Mickey Rourke.
No es la primera vez que el estadounidense protagoniza un mediático regreso: en 2008, después de haber hecho un paréntesis en su carrera frente a cámaras, fue candidato como mejor actor en los Oscar por su papel de luchador veterano en The Wrestler de Darren Aronofsky, que muchos interpretaron casi como una historia similar a la suya propia.
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