Es probable que los deportistas de los Juegos Paralímpicos tengan problemas con sus prótesis o con la silla de ruedas, pero todos ya saben que pueden ir a un amplio taller de reparaciones en plena villa de los atletas en Rio de Janeiro.
“De verdad parece como si fuera un hospital para las prótesis”, refirió a la agencia AFP el peruano José Luis Casas, un exmilitar amputado de la pierna izquierda.
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Decenas de sillas de ruedas están en línea para ser ajustadas en el amplio hangar montado por la compañía alemana Ottobock, número uno mundial en prótesis y reparadora oficial en los Juegos Paralímpicos desde 2004.
No importa si se trata de prótesis de plástico, de carbono o sillas de ruedas. Todo se puede reparar o ajustar. Ajustar, vuelven a soldar, reparar y a veces hasta reemplazan el material dañado es gratuito.
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El tiempo de espera es de entre 30 y 45 minutos, según el técnico estadounidense Derek Johnson.
“Cuando llegan aquí los atletas necesitan ayuda. Primero evaluamos sus necesidades y en seguida estimamos el tiempo que nos tomará el proceso de reparación”, explica.
Datos
*Desde el inicio de esta edición de los Juegos Paralímpicos de verano, el 5 de septiembre, Ottobock ya realizó más de 1.200 reparaciones.
*Los juegos terminarán el 18 de septiembre.
*Ottobock colabora con el movimiento paralímpico desde Seúl 1988.
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