La ciudad de Huarmey, en Áncash, está totalmente inundada. El río que lleva el mismo nombre se desbordó el pasado miércoles y desembocó en esta ciudad portuaria ubicada a 300 kilómetros al norte de Lima.
“Primero empezó a venir poquita agua del río, y después ‘boom’, el agua nos atacó. Ya no podíamos hacer nada. Todas mis cosas están enterradas. Nadie ha venido por esta zona a mojarse los pies”, gritó Paulina Farromeque desde el techo de su vivienda, según consignó AFP.
Es imposible entrar a Huarmey sin sumergirse medio cuerpo en el lodo. “Agua, queremos agua”, grita la gente desde los techos de sus casas. El barro cubre las casas a la mitad y sus habitantes han quedado ‘presos’ en un gigantesco pantano de lodo.
“Hay que agarrarse de las paredes de las rejas, caminar por los extremos para no hundirse”, explica Eugenio Huertas a AFP.
En Huarmey se contabilizan al menos 40,000 afectados y el gobierno envió por mar buques de la Marina con ayuda humanitaria.
Ayuda es insuficiente
Militares apoyaron las labores de auxilio, en medio de rumores de saqueos durante la madrugada a negocios que quedaron cerrados tras los desbordes. La ministra de Salud, Patricia García, también estuvo allí el viernes.
Pero la población asegura que el apoyo es insuficiente. La ayuda llega pero no para todos. Menos a los que no pueden salir de casa, porque hay que hacer filas para recibir agua limpia, consigna AFP.
Los propios vecinos, con pala en mano, retiran el barro para limpiar sus calles.
Con información de AFP
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