Más de diez familias temen que sus viviendas se desplomen debido a las grietas en sus paredes y techos causadas, según denunciaron, por las explosiones que se realizan a diario en las obras del túnel Santa Rosa en San Juan de Lurigancho. En los últimos días, los techos de cuatro viviendas se vinieron abajo.
La casa más afectada es de propiedad de Teodoro Talledo Inga (76), ubicada en el jirón Iquitos 517, en la urbanización Caja de Agua. A la 1:00 p.m. del último lunes, el anciano almorzaba con su esposa, su nieto y su yerno en la cocina cuando un estruendoso ruido los alarmó. Al llegar a la sala se encontraron con bloques de concreto: el techo se había desprendido.
“Mi familia y yo nos salvamos de una muerte segura. Segundos antes estábamos conversando en la sala”, manifestó Teodoro Talledo.
“Las numerosas explosiones han malogrado la construcción de mi casa. La maquinaria que emplean hace vibrar los pisos de las viviendas. Todas las paredes se han rajado y las zonas donde están las columnas se han agrietado. Esto se debe a los trabajos de construcción del túnel”, sostuvo.
Señaló que su casa no está entre las que han sido expropiadas y que en setiembre del año pasado representantes de la obra Consorcio Túneles Viales la inspeccionaron para verificar su estado. “Ellos se comprometieron a indemnizarnos en caso de que mi vivienda sufriera daños”, recordó.
Sin embargo, el caso de Teodoro Talledo no es el único. El inmueble de Carlos Gamarra Navarro, situado en el jirón Iquitos 583, también ha sido afectado. El techo de su cocina y de su comedor se desplomó. Lo mismo sucedió en la vivienda de la familia Alarcón ubicada en el jirón Cañete.
Similares problemas se registraron en otras cuatro casas de la cuadra 5 del jirón Iquitos. Las paredes, columnas, techos y pisos presentan grietas. Sus propietarios refieren que estas rajaduras se acentuaron con el reinicio de la obra.
El ingeniero José Fernández, subgerente de Defensa Civil de la Municipalidad Metropolitana de Lima, inspeccionó la casa de Teodoro Talledo. Tras una evaluación con un grupo técnico, conformado por ingenieros y arquitectos, el funcionario informó que el desplome del techo y parte de la pared no se debe a las explosiones sino a problemas de humedad y a una mala construcción.
Las familias afectadas se mostraron inconformes con el resultado de la inspección. “La construcción de mi casa es del 2009. No hay humedad y las grietas del piso de la sala traspasan al techo del primer nivel”, señaló Leydi Alván, quien domicilia en el jirón Iquitos 589.
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