Quedan dos días (y unas cuantas horas) para que este 2016 —un año que se lleva mucho— finalmente termine y le de paso al 2017.
Esperanzados en un mejor futuro, cientos de limeños atosigan las calles de La Victoria, mientras buscan el calzón (y calzoncillo) más amarillo que ofrezcan los comerciantes de Gamarra.
Y también están el resto de objetos también amarillos: matracas, lentes, pelucas, polos, globos, guirnaldas, piñatas y los clásicos muñecos que arderán como ofrenda al 2017.
Así, entre cábalas y otras prácticas esotéricas, Lima se prepara para el Año Nuevo.
Lee también
Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.