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Opinión

“La propuesta de la Nueva Vía Expresa Salaverry no consideraba los principios de una ciudad humana pero, sobre todo, atentaba contra las normas básicas del diseño vial”.

Urbanista

¿Quién no quiere un tráfico más fluido y un transporte con menos accidentes de tránsito? Algunos creen que nos faltan vías y que hay que aumentar la capacidad de las pistas; es decir, proponen un modelo de ciudad basado en los autos.

Otros consideran que el problema es la forma en que se administran los flujos vehiculares, ciclistas y peatonales, y los errores de la infraestructura existente. Este enfoque prioriza a las personas. Si bien ambas visiones de ciudad son incompatibles, hay un punto en el que deberían coincidir: la calidad del diseño vial.

Mónica Delta reflexionaba en su programa radial acerca del carácter técnico de las obras.

Si esta está mal diseñada no debe ejecutarse. Es una decisión técnica, no política. Lo que corresponde es analizar las alternativas y calcular la eficiencia de la obra propuesta, el monto de la inversión y proyección futura y, sobre todo, la integralidad de la propuesta. Que por beneficiar a unos pocos no perjudiquemos a muchos. Y este análisis debe incluir el impacto urbanístico, ambiental, económico y social.

Quizá en una intersección solo haga falta organizar semáforos y en un óvalo convenga un viaducto, pero esa decisión se debe basar en estudios y no en el deseo de que hay que poner, sí o sí, tres, cinco o dieciocho by-passes.

La propuesta de la Nueva Vía Expresa Salaverry no consideraba los principios de una ciudad humana pero, sobre todo, atentaba contra las normas básicas del diseño vial violando la normativa del propio Ministerio de Transportes.

Es una excelente noticia que el municipio de Lima haya rectificado al habérsele presentado –en un video clarísimo preparado por Cruzada Vial– los múltiples errores de diseño que la propuesta traía consigo.

La Municipalidad de Lima viene promoviendo varias estrategias que coinciden con la visión de ciudad sostenible. Sus esfuerzos por promover la bicicleta o las acciones de mejora del Metropolitano y los corredores azules son algunas.

Quizá convendría que inviertan más en estos esfuerzos, pues –si aún no lo saben– solo 15 de cada 100 viajes que ocurren en la ciudad se realizan en auto o taxi.

Es así que le decimos adiós a los by-passes de la avenida Salaverry y le damos la bienvenida a los ciudadanos críticos e informados, pues aún quedan muchas propuestas de obras viales para evaluar y exigir que sean socialmente adecuadas y técnicamente correctas.


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