03.DIC Martes, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
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Opinión

“¿Cómo pasó que Putin (…) sea ahora el adalid de la lucha contra el terrorismo islamista?”.

La semana pasada nos acostamos con un Estados Unidos que históricamente ha simbolizado la expansión del capitalismo y despertamos con un presidente de ese país prometiendo proteccionismo, días después de que el presidente de China –la de los imperios aislacionistas y la que aún se denomina “comunista”– elogiaba las bondades del libre mercado. ¿Qué pasó mientras dormíamos?

¿Cómo pasó que Putin, el icono del terrorismo de Estado que masacró a un cuarto de millón de pobladores de la provincia rusa de Chechenia, y junto al dictador sirio, al-Assad, a decenas de miles de civiles en Alepo, sea ahora el adalid de la lucha contra el terrorismo islamista?

¿Cuándo surgieron en Venezuela golpistas sin ejército ni milicias ni armas a un gobierno conformado por muchos golpistas que junto a Chávez, en 1992, intentaron derrocar al gobierno electo de Carlos Andrés Pérez?

¿Cómo el presidente francés, François Hollande, es percibido como débil en la lucha contra el terrorismo islamista a pesar de la eficiencia en su actuar tras los atentados en su país y haber enviado tropas –a petición de los gobiernos de Malí, República Centro-Africana y Libia– para evitar que estas naciones africanas sean conquistadas por Al Qaeda, ISIS y otros grupos radicales islámicos?

En una viñeta de Mafalda, “la hija” de Quino, pregunta desde la cama si se han acabado las injusticias en el mundo y ante la respuesta obvia de sus padres vuelve a acostarse y pide que “entonces la despierten para el almuerzo”.

Lamentablemente, hay que decirle a Mafalda que en nuestros tiempos, aunque pasan cosas muy extrañas que confunden, en esencia, la iniquidad, el populismo, el terror, la corrupción y los excesos del poder siguen intactos.


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