24.ABR Miércoles, 2024
Lima
Última actualización 08:39 pm
Clasificados
Opinión

Luego de desnaturalizar su responsabilidad de dotar al país de instituciones tutelares sólidas (preservando el equilibrio de poderes), el Congreso se vio obligado a dar marcha atrás y dejar sin efecto la elección de las autoridades cuestionadas.

Alfonso Grados,Opina.21
agrados@intercorp.com.pe

Luego de desnaturalizar su responsabilidad de dotar al país de instituciones tutelares sólidas (preservando el equilibrio de poderes), el Congreso se vio obligado a dar marcha atrás y dejar sin efecto la elección de las autoridades cuestionadas.

Llamó la atención el involucramiento de la bancada del PPC en este desaguisado, incluyendo a Alberto Beingolea, respetado periodista deportivo haciendo sus pininos como autoridad elegida.

Considero a Alberto un hombre honesto e inteligente, polémico pero ecuánime en su juicio, tolerante ante opiniones divergentes. Ante el pedido de que personas calificadas del sector privado ingresen a la política para transformarla, su elección presagiaba aire renovador.

Por ello fue penoso verlo perder los papeles ante una congresista oficialista que ejercía su derecho a votar según su conciencia y no siguiendo una consigna partidaria, vociferando que no se “lavara las manos” y que honrara los “acuerdos políticos” (llámese “repartijas”).

Preocupa que la política afecte así a quien creíamos intachable, alineándolo con los políticos ‘tradicionales’, más interesados en asegurar cuotas de poder que en respetar el sentir ciudadano y actuar con transparencia.

Así, la política le quitó al deporte uno de sus jugadores claves y va ganando este partido. Está en campo de Alberto voltearlo, tomando como ejemplo la valiente actitud de otra parlamentaria vinculada al deporte, la gran ‘matadora’ Cecilia Tait.


Si te interesó lo que acabas de leer, recuerda que puedes seguir nuestras últimas publicaciones por Facebook, Twitter y puedes suscribirte aquí a nuestro newsletter.