El príncipe Alberto II se casó hoy con la sudafricana Charlene Wittstock en una ceremonia civil largamente esperada, la misma que convirtió a la exnadadora olímpica en princesa de Mónaco.
Wittstock lució hermosa, vestida con una chaqueta de seda azul con una falda-pantalón, creación de la casa Chanel. Tras la celebración de la unión, la pareja firmó el registro con una pluma de oro y piedras preciosas, adornada con su monograma y creada especialmente por la casa alemana Montblanc.
Los residentes del principado abarrotaron la plaza frente al palacio donde se realizó la ceremonia, con la esperanza de ver a los recién casados en la primera de dos jornadas de festividades.
“Una nueva página en la historia del Principado comienza hoy”, dijo Alberto a los ciudadanos en un vehemente discurso. “Sé que la espontaneidad de Charlene y su generosidad florecerán por completo para la gran satisfacción del Principado y sus habitantes”, agregó.
Los festejos continuarán mañana con la boda religiosa y una fiesta de gala cuya lista de invitados incluye a los reyes de España, Suecia, Lesotho y Bélgica, los presidentes de Francia, Islandia, Irlanda, Líbano, Malta, Alemania y Hungría; así como diversas personalidades del mundo de la moda y el deporte.