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"Para crecer tengo que reinvertir”

Domingo 24 de abril del 2011 | 11:04

Claudia Gutiérrez trabajaba para el Estado, pero sentía que no crecía. Decidió tener su empresa propia: Qhali flores. Otra historia de éxito.

Tras un largo periplo, Claudia ahora sonríe entre flores y mantas. (Paul Vallejos)
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Por Alicce Cabanillas

Estudió Derecho porque, asegura, le gustaba. Su padre y su hermano son también abogados. Sin embargo, Claudia Gutiérrez no encontró la plenitud profesional que sí logró el resto de su familia; pese, incluso, a que era una de las pocas profesionales especializadas en legislación aeronáutica del país.

“Trabajé casi ocho años en diversas instituciones estatales, pero no estaba a gusto, sentía que no crecía”, nos cuenta Claudia. Al principio, pensó que si se especializaba encontraría su rumbo. Fue así que viajó a España a seguir una maestría en Aviación Civil.

Al volver, la situación no había cambiado, así que comenzó a trabajar paralelamente en un proyecto personal que desde hace algunos meses le rondaba en la cabeza: tener su propia empresa, una tienda de arreglos florales delivery.

NACE UNA EMPRESA. “Siempre me llamó la atención la idea. En un viaje a Brasil vi que este tipo de negocio tiene potencial, pero debía buscar un elemento diferenciador y pensé en la peruanidad, en elementos peruanos de la costa, la sierra y la selva”, detalla.

Corrían los últimos meses del año 2007, cuando nació Qhali flores. “Qhali significa lleno de energía y fuerza, que es lo que transmiten las flores”, sostiene Claudia. Tenía en mente un nombre más largo. Realizó un focus group, cuyos resultados la convencieron de una palabra en quechua que tuviera más impacto.

PASOS DIFÍCILES. El primer año estuvo sola. No había estudiado algo relacionado con el arte o el diseño, por ello, está segura de que el talento para las creaciones originales y exclusivas que han resultado sus arreglos “le vino de la necesidad”.

Es que curiosamente, la etapa en la que definía cómo serían las líneas de sus productos “fue la más triste, tanto de decepción personal y laboral”, evoca. Los mejores tiempos no tardaron en llegar.

Promocionando sus productos, había dejado muestras en varios negocios. Un día la llamaron de un hotel, le solicitaron un arreglo floral para la presidenta de Chile, Michelle Bachelet. “Pensé en un arreglo sobrio, con rosas anaranjadas, papel verde pistacho y una manta andina elegante”, recuerda Claudia.

Hoy sus arreglos también han llegado a manos de la cantante Gloria Estefan, el primer ministro de La India y la presidenta de Argentina, Cristina Kirchner.

Tras tres años en el mercado, ya ha logrado recuperar los S/.6 mil que invirtió para empezar Qhali, pero Claudia piensa reinvertirlos pues “quiero crecer”. Por lo pronto, tiene planeado destinar entre US$4 mil y US$5 mil para abrir una tienda en un centro comercial.