China modifica ley en busca de reducir número de penas de muerte
Martes 31 de octubre del 2006 | 12:00
PEKÍN.
China, un país que ejecuta anualmente a un 70 por ciento de los reos en el mundo, reducirá el número de condenados a muerte gracias a una medida aprobada hoy según la cual el Tribunal Popular Supremo (TPS) deberá ratificar las sentencias de tribunales inferiores.
La Asamblea Nacional Popular (ANP, máximo órgano legislativo) ha aprobado esta jornada la enmienda en el sistema de tribunales, según informaron miembros de su Comité Permanente al final de la 24 Sesión.
Con esta medida, que entrará en vigor el 1 de enero de 2007, se espera que mejore la mala imagen de China por ser el país donde se ejecutan más reos en todo el mundo, y que Pekín considera "una de las más importantes reformas sobre la pena capital en más de 20 años".
El TPS revisará y ratificará todas las sentencias, y para ello 30 jueces de tribunales altos e intermedios están recibiendo preparación.
Según Xiao Yang, presidente del TPS, la enmienda "es un importante procedimiento para prevenir sentencias erróneas".
El TPS perdió en 1983 esta facultad, que pasó a ser competencia de los tribunales locales "para reducir el incremento de crímenes que ponían en peligro la seguridad pública, como homicidios, violaciones, robos y explosiones".
Sin embargo, en 2005 se desveló que numerosas sentencias de muerte habían sido erróneas, algunas tras su ejecución, lo que creó un enorme malestar social.
Según el último informe de Amnistía Internacional (AI), en 2005 se registraron 2.148 ejecuciones en todo el mundo, y 1.770 fueron documentadas y contrastadas en China, un considerable descenso con respecto a la cifra de documentadas en el país asiático en 2004, que fue de 3.400.
Sin embargo, la cifra real, es decir, la totalidad de las ejecuciones llevadas a cabo en China anualmente, oscila entre las 8.000 y las 10.000, según datos desvelados por el profesor Liu Renwen, profesor del Instituto de Leyes de la Academia China de Ciencias Sociales y un activista contra la pena capital.
Según Liu, la decisión tomada hoy podría reducir el número de ejecuciones en China en un 20 por ciento.
La enmienda "también dará mayores oportunidades a los abogados defensores para expresar su opinión en casos de pena de muerte", añadió el TSP.
Los grupos defensores de los derechos humanos han apoyado la decisión, pero la encuentran insuficiente.
"Damos la bienvenida a la reforma sobre la pena de muerte. Sin embargo, el efecto de cualquier reforma legal estará limitado por la falta de un sistema judicial independiente y transparente", declaró a Efe Sharon Hom, directora ejecutiva de Human Rights in China (HRIC).
Hom denuncia "las continuas campañas de intimidación contra abogados defensores y su falta de protección procesal".
Hoy mismo, el diario "Shanghai Daily" hizo público un llamamiento por parte de la Bar Association en Shanghai para que las autoridades acaben con la violencia contra los abogados que defienden casos de derechos humanos en China.
En el último de ellos, He Wei, un abogado de 41 años, sufrió una perforación del tímpano al ser golpeado y fue tomado como rehén durante dos horas en una causa en la que defendía a los empleados de una imprenta.
Según declaró a Efe Nicholas Becquelin, portavoz de Human Rights Watch (HRW) en Hong Kong, el de hoy es "un paso en la dirección correcta", ya que "disminuirá el número de ejecutados", pero "es necesaria una reforma total".
En primer lugar, "hay que desvelar el número real de ejecutados al año", considerado hasta hoy un secreto de Estado sólo en conocimiento del Supremo y que Becquelin coincide en cifrar en cerca de 10.000.
"Este sería el paso más significativo, porque sin él se desconoce lo que se está reformando, a cuántas personas se ejecutan y por qué".
Según el profesor Liu Renwen, el Código Penal chino de 1997 impone este castigo a 68 tipos de delitos, incluidos de sangre y económicos, pero en un ejemplo de la arbitrariedad de su aplicación, la semana pasada cuatro personas fueron ejecutadas en la provincia central de Henan por robar crudo de un oleoducto.
"Este es el problema de la ley china, que la pena de muerte se aplica a muchos crímenes, incluidos los no violentos. Es un borrón en la imagen internacional de China", por lo que "sus líderes quieren reformar esta ley y que se ejecute a menos gente", opina Becquelin.
Lo que parece claro para todos es que con la nueva medida se reducirá el número de ejecuciones y los tribunales provinciales serán más cuidadosos a la hora de dictar estas sentencias.
Fuente: EFE