El drama de la mujer que es ‘la otra’

Solo bastó una noche para que se sintieran atraídos. Al inicio Karla lo tomó como una travesura, “una aventura de chica superada”, decía ella. Total, su corazón no estaba en juego. Pero, poco a poco se dio cuenta de que se estaba enamorando y que ella solo podía ser ‘la otra’.

Él estaba casado, pero continuó saliendo con Karla por cerca de tres años. Los últimos meses se tornaron insoportables. Ella solo le preguntaba por el divorcio y no obtenía respuestas. Le dolía. El calvario que sufría por no ser la prioridad en su vida la empujó a alejarse definitivamente de él.

ES UN TORMENTO. Pese a que siempre serán señalados por interferir en una relación, quienes se enamoran de alguien comprometido suelen vivir dramas realmente tormentosos.

Según la psiquiatra de la clínica San Gabriel, Estela Inga Zapata, no se puede juzgar superficialmente a un tercero. No obstante, señala, es una elección que puede ser perjudicial para la salud mental de quienes terminan enamorándose.

“No es un vínculo sano porque no se podrán establecer los lazos afectivos que toda pareja requiere. No tiene la garantía de ser duradero ni brinda una sensación de bienestar”, dijo la especialista.

Ser la amante no necesariamente significa no ser querido. Por el contrario, muchas veces surgen relaciones sumamente fuertes y que perduran. Esto se debe a que hay situaciones en las que la amante ama tanto que tolera la situación, incluso cuando el vínculo genera dolor.

Para algunos especialistas como la doctora Inga Zapata el enamorarse de una persona comprometida se debe a una falta de valores.

“La amante no debe olvidar que nunca podrá ser la prioridad”, advierte.
Por ello, Inga recomienda analizar bien la situación ya que , en estos casos, los afectados siempre terminan siendo más de uno.