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A 20 años de la fuga de Víctor Polay

Lunes 31 de mayo del 2010 | 07:58

El líder del MRTA tenía llaves principales de las celdas de su pabellón. Informe en mayoría encontró responsabilidad política en Agustín Mantilla.

Emerretistas tuvieron todo el tiempo para preparar dos planes y construir el túnel de la fuga. (USI)
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Por Carlos Castillo

Contra el pasado vergonzante… Estas palabras que marcan el inicio de la tantas veces cantada Marsellesa Aprista, nos sirven hoy de preámbulo para recordar una de las páginas más escandalosas del primer gobierno de Alan García y que hoy, con la excarcelación de Lori Berenson, cobra relevancia: La fuga de Víctor Polay Campos, cabecilla del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) y de 47 de sus seguidores del Penal Miguel Castro Castro, producida el 9 de julio de 1990.

Esta nota recoge los resultados de la Comisión Investigadora que se formó en la Cámara de Diputados entre 1990 y 1991, y que no pudieron ser debatidos por el golpe del ex presidente Alberto Fujimori, del 5 de abril de 1992, como recordó el titular de este grupo, Ernesto Gamarra Olivares (FIM).

Perú.21 accedió por primera vez al archivo del expediente Fuga Masiva de Reclusos del MRTA, del Congreso. El documento contiene detalles sobre la manera cómo se preparó el túnel, sobre la negligencia de la ex Policía de Seguridad (ex Guardia Republicana), sobre la responsabilidad del ex ministro del Interior, Agustín Mantilla.

El informe no dejó lugar a dudas sobre la responsabilidad política de Mantilla en la fuga, al no disponer de medidas de seguridad en los penales frente a la huelga del INPE que en ese momento ocurría, así como por la “sospechosa suspensión del plan requisa 90 y de la suspensión del traslado del líder emerretista y de Rosa Luz Padilla a la carceleta del Palacio de Justicia”.

Polay es hijo de apristas. Al momento de su fuga, su cuñado era Paul Caro Gamarra, ministro de Salud. Muchos apristas han relatado historias de la estrecha amistad que tenía el terrorista con Alan García y la manera cómo se ganaban la vida, con guitarra en mano, en el barrio latino de París, allá por los años 70.

LOS HECHOS. La investigación parlamentaria concluye que la fuga estuvo planeada con anticipación, para llevarse a cabo el 9 de julio de 1990, a partir de las 3 de la madrugada, aprovechando la hora de relevo de personal de turno. Según estas conclusiones, el líder emerretista tomó conocimiento, el día anterior, de los avances en la construcción del túnel y estaba al tanto de los planes diseñados para su fuga.

Asimismo, se señala que Polay y los internos Alberto Gálvez Olaechea y Rosa Luz Padilla tenían “las llaves de las rejas principales de sus pabellones” porque eran delegados encargados de su propia seguridad.

En diálogo con Perú.21, Gamarra recordó que las pesquisas incluyeron un recorrido por el propio túnel. Resaltó la negligencia de la Policía y del Ministerio del Interior, y la falta de Inteligencia para prevenir el escape.

“Desde meses antes se había tomado conocimiento de un plan de fuga, y no se adoptaron las medidas preventivas. Por el contrario, se suspendieron los operativos de requisas, no se reforzó el número de personal de la Policía de Seguridad ni los sistemas de iluminación y ni siquiera se tomó conocimiento de quiénes habitaban las viviendas ubicadas en los alrededores del penal. Tenían hasta los planos del sistema eléctrico”, enfatizó.

Tanto a Berenson como a Polay se les anuló la primera sentencia dictada por tribunales militares. Hoy Polay está recluido en la Base Naval del Callao donde cumple cadena perpetua.