Cierto día, un pintor y un taxista van a una galería de arte de San Isidro a recoger un encargo y, en el camino, se encuentran con un cuadro de estilo abstracto que cuesta 14 mil dólares. El taxista, sorprendido ante ese precio por un lienzo que le resulta incomprensible, le dice resignado a su compañero: “Algo debe tener, ¿no?”.
Esa es la anécdota que suele comentar Jorge Miyagui, artista peruano descendiente de japoneses y muy crítico con lo que denomina el “colonialismo cultural’: el arte como un privilegio de pocos. “Mi apuesta es desdibujar los límites culturales y hacer coincidir códigos de distintas tradiciones: el discurso de los medios de comunicación con las visiones populares y la historia del arte occidental con la idiosincrasia de la calle. Eso sí, desde un sentido poético y lúdico, porque tampoco se trata de hacerlo por simple experimentación estética. Un artista es, básicamente, un creador de sentidos”, explica Miyagui, egresado de Artes de la PUCP, y quien mañana inaugura su novena muestra individual: Alerta/Amor.
Allí, él busca reflexionar sobre lo que significa el Perú contemporáneo desde sus hechos cotidianos y sus frustraciones –como la discriminación racial, por ejemplo–, en una propuesta ecléctica, colorida y, sobre todo, crítica.
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