Una decisión judicial y fiscal terminó beneficiando a las desaforadas congresistas Tula Benites y Elsa Canchaya. La Sala Especial de la Corte Suprema y la Fiscalía Suprema, que están a cargo de las acusaciones constitucionales contra ambas, nunca solicitaron el levantamiento del secreto bancario de las cuentas en las que el Congreso abonaba los sueldos a los trabajadores ‘fantasmas’ Juan Carlos Cuadros y Jacqueline Simon.
Fuentes judiciales revelaron que esta decisión beneficia a las procesadas porque la información bancaria habría permitido identificar los cajeros u oficinas donde se hicieron los retiros de dinero, determinar las fechas y obtener las imágenes de las personas que hacían la operación.
La información a la que ha tenido acceso Perú.21 es que, en ambos casos, la Procuraduría del Parlamento solicitó abrir la información bancaria de las cuentas de Simon y de Cuadros, pero ni la Fiscalía ni la Vocalía supremas atendieron dicha solicitud
En el caso de Canchaya, estos datos habrían permitido corroborar e identificar, a través de los videos, a la persona que retiraba el dinero con la tarjeta de débito de Simon, que se especula estaba en poder de un allegado a la desaforada legisladora de UN.
En el caso de Benites, el mismo Cuadros confesó ante la Comisión de Ética del Congreso –en junio de 2007– que los retiros los hacía Clemencia Ulloa (vinculada al ex presidente de la Corte Suprema y tío de la legisladora, Walter Vásquez Vejarano) en las oficinas de La Libertad.