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El cierre de Lampa y Cusco generó gran caos vehicular en el Centro de Lima

Martes 31 de marzo del 2009 | 07:39

Circular por la zona demandó hasta 20 minutos de espera, lo que causó congestión. La presencia policial no fue suficiente para evitar los atolladeros que afectaron a miles de personas.

Largas colas de vehículos se formaron en el cruce entre los jirones Lampa y Cusco. (Perú21.pe)
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La intersección de los jirones Cusco y Lampa se convirtió ayer en la imagen perfecta del caos vehicular, desorden que fue producto del cierre que la Municipalidad de Lima viene aplicando desde el sábado en ese punto para ejecutar las obras de pavimentación del futuro corredor vial Metropolitano.

Los trabajos cerraron por completo Lampa, a partir de la cuadra 6, y redujeron de cuatro a solo uno el número de carriles de Cusco, convirtiendo este cruce en un gran cuello de botella para los autos que transitaban por él y generando congestión en sus alrededores, sobre todo en el jirón Carabaya.

Aunque desde las primeras horas de la mañana ya se estaba registrando un considerable embotellamiento en la zona, la situación empeoró más al promediar las ocho de la mañana, hora en la que miles de trabajadores del Centro de Lima se desplazaban a sus puestos de labores, es decir, entre las ocho y las diez de la mañana.

“Esto es increíble. Hace más de diez minutos que estoy tratando de cruzar Cusco y no lo consigo todavía. Antes no me demoraba ni tres minutos en hacerlo. Yo debía llegar a las 9:30 a mi trabajo, pero ya son 9:45 y no hay visos de que por fin podamos pasar”, se quejó Juan León, de 42 años.
Perú.21 pudo comprobar que recorrer la zona de tránsito restringido demandaba hasta 20 minutos si se iba por Cusco y hasta 15 minutos si se circulaba por el jirón Lampa.

En medio del caos, los policías de tránsito destacados a ese punto daban el paso alternando a los vehículos que provenían de ambos jirones, intervención que no era suficiente para evitar los atolladeros, ya que cada minuto –en promedio– solo 20 vehículos que venían de Lampa podían atravesar el cruce, mientras, en ese mismo lapso, unos 30 autos que transitaban por Cusco lo conseguían hacer.

Luis Quispe Candia, director de Luz Ámbar, señaló que la congestión registrada por este cierre fue una de las peores de los últimos meses, ya que los jirones Lampa y Carabaya no poseen vías alternas.

El especialista agregó que a esto se suma la falta de una eficiente campaña de información por parte de la comuna metropolitana, una situación que fue confirmada por muchos de los choferes que se vieron afectados. “Tampoco hay una adecuada señalización que advierta oportunamente que hay un cierre. No se ha hecho nada para disuadir a algunos conductores de ir por las vías afectadas”, sostuvo.

Walter Paredes, gerente de Proyectos e Infraestructura de Protransporte, el organismo edil a cargo del Metropolitano, no respondió nuestras llamadas.