Los establecimientos psiquiátricos del Ministerio de Salud tienen demasiados pacientes internados, por eso no estarían preparados para albergar a personas esquizofrénicas condenadas por delitos graves, como asesinato, opinó Francisco Rivera Feijoo, miembro del directorio de la Asociación Psiquiátrica Peruana (APP)
Fue al referirse al caso de Pedro Nakada Ludeña, el llamado ‘Apóstol de la muerte’, quien presenta un cuadro de esquizofrenia y deberá purgar condena en un sanatorio mental, por haber asesinado a más de 20 personas entre los años 2006 y 2007 en las localidades de Huaura y Chancay, al norte de Lima.
La Sala Penal de Apelaciones de Huaura anuló la pena de 35 años de prisión que se le había impuesto a Pedro Nakada, sustentándose en una pericia psiquiátrica.
En diálogo con Perú21.pe, Rivera Feijoo sostuvo que las personas con enfermedades mentales que cometen delitos deben permanecer en un ambiente terapéutico, pero remarcó que esto exige un presupuesto especial, un esfuerzo profesional y una estructura especial diferente en los nosocomios.
“No se trata de tener un ambiente carcelario, sino un ambiente terapéutico (...) y esto es todo un reto”, dijo al comentar que una persona es responsable de sus actos mientras conserva su voluntad, de lo contrario no tiene responsabilidad.
Nakada aseguraba ser un enviado de Dios, un justiciero, argumentos que al parecer han convencido a los magistrados de su locura. “Yo limpio gente, gente que no debería estar acá, como fumones, homosexuales, maricones”, señalaba durante el proceso por sus crímenes perpetrados en las localidades de Huaura y Chancay.