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Un ballenero japonés y un barco ecologista chocaron en la Antártida

Viernes 06 de febrero del 2009 | 03:42

El navío de la organización Sea Shepherd trató de boicotear la captura de cetáceos del buque “Yushin Maru 2”. La flota nipona planea atrapar unas mil ballenas para supuestos fines científicos.

La embarcación ecologista quedó en medio de dos navíos japoneses. (Reuters)
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Agencias/Perú21.pe. Un barco de la organización ecologista Sea Shepherd chocó hoy en la Antártida con un ballenero japonés, sin que se produjeran heridos, informó la agencia Kyodo.

El fundador del grupo, el estadounidense Paul Watson, declaró a la agencia que su nave “Steve Irwin” quería impedir al ballenero “Yushin Maru No.2” subir a bordo una ballena muerta. En ese momento apareció otro barco japonés y fue imposible evitar la colisión, pese a que él intentó hacerlo, afirmó.

El director del instituto de investigación ballenero nipón ICR, Minoro Morimoto, calificó por el contrario de “criminales” los reiterados ataques de los ecologistas y llamó a los miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) a condenar su comportamiento.

Según Morimoto, la tripulación del barco de Sea Shepherd había intentado el jueves paralizar las hélices del ballenero mediante aparatos especiales, antes de lanzar botellas y ácido butírico contra el barco.

Watson reconoció haber intentado paralizar las hélices, pero acusó a la flota japonesa “cada vez más agresiva” de poner en riesgo la vida de sus hombres. Dos arponeros apuntaron contra dos pequeños botes de los ecologistas que trataban de impedir la caza de un cetáceo, afirmó.

El grupo, con sede en Estados Unidos, acusó hace poco a los japoneses de utilizar contra ellos cañones de agua de gran presión y armas acústicas de diseño militar.

La flota ballenera de Japón planea capturar esta temporada en el mar Antártico unas mil ballenas para supuestos fines científicos. las reglas de la CBI autorizan la “caza con fines científicos”. Sin embargo, los críticos afirman que se trata sólo de una tapadera para la caza comercial japonesa.

En 2008, la labor de los conservacionistas dificultó la faena de los barcos japoneses hasta el extremo de que cazaron menos de la mitad de los cetáceos de las cuotas que se habían asignado.

Hace un año, un juez australiano declaró ilegal la captura de ballenas en el santuario marino declarado por Australia en la Antártida, pero Tokio mantiene que Camberra no tiene soberanía sobre ese territorio.