"Quiero quedarme con el título mundial este año"

Por Carlos Bernuy Flores
Por su mente aún pasan los recuerdos del 2004, cuando se coronó campeona mundial de surf. Han pasado cuatro años de ello y Sofía Mulanovich quiere volver a ser la reina de la tabla. Sin embargo, la empresa resultó difícil, al menos en los últimos dos años, porque la australiana Stephanie Gilmore se cruzó en su camino y le impidió alzarse con la corona. No obstante, nuestra querida “Sofi”, quien el próximo fin de semana tomará parte del Campeonato Mundial de la WQS Copa Movistar femenina en San Bartolo, arrancó el 2009 con ganas de volver a levantar el título, aunque es consciente de que tiene que estar al cien por ciento para vencer a la “aussie’ y a la nueva generación de surfistas que este año disputarán el Mundial de la Asociación de Surfistas Profesionales (ASP).

¿Cree que Stephanie Gilmore se ha convertido en su “bestia negra”?
Es una manera de decirlo. Lo que sucede es que ella es una gran surfista, es la mejor del mundo. Sabe aprovechar bien las olas, maneja las situaciones que se le presentan y tiene una gran calidad.

¿Ella es amiga suya?
Stephanie es buena gente y, sí, somos amigas, pero mi mejor amiga en el surf es (la australiana) Rebecca Woods. Con Gilmore, y en general con todas, normalmente conversamos mucho, hablamos sobre las cosas que suceden en los torneos y de los tantos lugares que por el surf podemos visitar.

Regresando a Stephanie Gilmore, ¿cómo cree que se le puede derrotar?
Estando al cien por ciento, no hay otra manera de poder ganarle a Stephanie. Hay que concentrarse muy bien. Yo tuve la opción de superarla en algunas fechas del Mundial en 2008, pero perdí la concentración en los momentos menos oportunos. Eso me quitó ritmo.

¿Cuánto le costó caer en casa por segunda vez ante Gilmore?
Lo que pasa es que eso sucedió por la lesión, por eso es que me puse así. Poca gente supo que yo estuve con yeso hasta cuatro días antes de la competencia. No tenía el ritmo necesario desde hacía tres semanas, y eso fue dar una ventaja muy grande para las rivales porque afecta psicológicamente.

¿Por qué psicológicamente?
Es que tienes miedo de asentar el pie, no puedes maniobrar bien, y eso hace que una solo tenga una actuación regular. Además, yo era la participante “local’ y había muchas esperanzas en que ganara, pero sé que pronto tendré una revancha en mi país.

¿La lesión ya está superada?
Sí, totalmente. En tres semanas viajaré a Australia para participar en el Roxy Pro Gold Coast (primera fecha del Mundial 2009); espero poder arrancar el año de la mejor manera. Sé que esta temporada será mucho más competitiva porque hay chicas, como Jessi Miley-Dyer (Australia) y Karina Petroni (EE.UU.), que pretenden ganarse un lugar en el campeonato mundial.

¿Qué se siente haber entrado en el Salón de la Fama del Surf a sus 24 años?
Es algo chévere. Seguramente cuando tenga más edad lo recordaré con mucha alegría. Por ahora debo concentrarme en seguir subiendo mi nivel para mantenerme con chances de quedarme con el título mundial, por más dura que sea la competencia.

¿Qué es lo que hace Sofía Mulanovich cuando no está surfeando?
Estoy en casa, aprovecho el tiempo para estar con mis padres y mis amigos. Si me encuentro en otro país, me gusta conocer los lugares atractivos, siempre y cuando no me toque competir.

¿Es aficionada a ir a fiestas?
Bueno, salgo a veces cuando hay tiempo. Por ejemplo, en Año Nuevo estuve en Punta Hermosa y la pasé muy bien. Trato de relajarme cuando estoy aquí porque la presión de la competencia siempre me pone nerviosa.

¿Tiene alguna comida preferida?
La verdad es que como de todo, no puedo negarlo. Siempre, en todas partes del mundo, hay por lo menos un plato típico del lugar que me gusta.

¿Es selectiva en cuanto a la música?
También oigo de todo. Me causa gracia cuando escucho que la gente dice a veces: “A “Sofi’ le debe gustar solo la música electrónica”, y eso no es así. Con decirte que me agrada más la cumbia que la música electrónica. Por ejemplo, del Grupo 5 me gustan las canciones Que levante la mano y Quién no sufrió por amor.